El enfrentamiento social y político en la Argentina reciente, enero de 2002 a abril de 2003: de la revolución pasiva al orden del régimen

El enfrentamiento social y politico en la Argentina reciente

Ricardo Zofio

Hernan Hereñu

Jacobo Mansilla

Introducción

En el siguiente avance de investigación presentaremos las tendencias y rasgos generales que adoptan las luchas, libradas por organizaciones de trabajadores ocupados, en alianza con desocupados y otros agrupamientos como asambleístas y estudiantes, en el corto período histórico, correspondiente al gobierno del Pte. Eduardo Duhalde, que va de enero de 2002 hasta abril de 2003; tratando de dilucidar cuál fue su papel político y su alineamiento en los enfrentamientos sociales.

Considerando que se trata de una etapa antecedida por una intensidad en las luchas sociales y políticas, en la historia reciente de nuestro país, hemos estudiado los acontecimientos de enfrentamientos producidos, conjuntamente, por las diferentes fracciones que componen la clase obrera argentina, luchas que serán el soporte empírico para hacer observables los procesos de acumulación y de realización de poder de esas fracciones; cuya lógica resulta del operador teórico táctica y estrategia. Estos enfrentamientos se libran en el marco de la crisis económica-políticadel régimen de dominación burgués, régimen que en aquellos meses aparece debilitado a través de una “crisis institucional” y “vacío de poder”. Ante ello, nos preguntamos por el carácter de esas luchas y los alineamientos de la clase obrera durante ese período, planteándonos el siguiente problema: ¿por qué el movimiento obrero ocupado y desocupado, en una situación de “vacío de poder” de la dominación burguesa, no pudo pasar a una etapa de lucha política[1] contra el régimen y el Estado capitalista?

Nuestra hipótesis sostiene que, entre enero de 2002 y abril de 2003 se produjo la derrota de la estrategia anticapitalista en la formación de una fuerza social y política de enfrentamiento integrada centralmente por obreros ocupados y desocupados.

Trataremos de explicar; a partir del cambio en la correlación de fuerzas, entre las fracciones organizadas y movilizadas, de asalariados y sus aliados, contra el régimen de dominación burgués; la salida de la crisis institucional y de los partidos políticos.

Desde un abordaje -intrateórico e interteórico- de los conflictos sociales, buscaremos dar respuestas a las siguientes preguntas: ¿cuáles son los sujetos que libran los enfrentamientos y qué tipo de luchas predominan en este período?; ¿en qué medida tales enfrentamientos y alianzas expresan el grado de conciencia  alcanzado por el proletariado? ¿se trata de luchas antisistémicas o las mismas pugnan por la inclusión social en la sociedad capitalista?

Marco teórico

Nuestro punto de partida teórico considera que la sociedad está dividida y organizada por clases sociales.[2] Las clases sociales tienen dos dimensiones; a rasgos generales, una estructural y otra política.[3]

 El antagonismo entre las clases tiene un carácter objetivo y no contingente, pues subyace en la objetividad de la existencia de lo social, en los modos en que se desenvuelven las relaciones de los hombres entre sí, y con el resto de la naturaleza social.

La otra dimensión de las clases sociales, esta mediatizada por la lucha de clases o en otro código, por el enfrentamiento social.[4] A partir de esta premisa, Marx y Engels han elaborado un modelo lógico que permite observar, describir y analizar agrupamientos humanos vinculados en la producción, en unas relaciones sociales que articulan a estos agrupamientos como clases sociales, que se enfrentan entre sí.[5]

El fenómeno de la lucha de clases es un fenómeno signado por un efecto tendencial[6] esto es, la lucha de clases resulta un operador teórico que posibilita la construcción de observables, mediante el análisis de unos hechos o acontecimientos que podrían ser llamados “sucesos políticos”[7] y que, definidos como la puesta en acto de los antagonismos de toda sociedad escindida en clases. Estos mantienen una reiterabilidad y una regularidad, tal; que permiten ordenar, analíticamente, el movimiento de lo social, a través de enunciados abstractos o leyes que refieren su explicación a la lógica con que se producen estas regularidades.[8]

En tanto que relaciones de clase antagónicas, el esquema analítico marxista no excluye la posibilidad de situaciones de «compromiso» o acuerdo entre intereses antagónicos, pero si deja fuera de toda probabilidad una supuesta utopía «armonía social»: pensar lo social sin asumir el conflicto es no poder asumir lo social, tal y como se ha desarrollado en todas sus formas, hasta nuestros días.

Siguiendo la misma línea teórica, en nuestro país, Juan Carlos Marín a partir del análisis de la correlación de fuerzas enfrentadas propuso un método para objetivar esas relaciones humanas; partiendo de la siguiente pregunta: ¿cómo analizar los encuentros que expresan el desarrollo de la lucha de clases? Dado que no suele coincidir el sentido que se le otorga a la realidad y lo que objetivamente sucede, al registrar la trayectoria de los enfrentamientos, «el camino que se propone intenta obtener la imagen de lo que objetivamente sucede (…) establecer una descripción de la estrategia que objetivamente sucedió y mediante qué momentos tácticos fue implementada.”[9]

Relato de las tendencias que resultan de los registros para tipo de hecho, para los cuatro grupos, en los 16 meses considerados. Las fuerzas agrupadas en 1-2-3 y Otros

Se ha sostenido que con los sucesos políticos de diciembre del 2001 –caracterizado de múltiples formas-, se cierra un período del conflicto social, marcando el inicio de un nuevo período.

Las preguntas sobre las características del nuevo periodo, cuya respuesta forma parte de nuevas presentaciones, destacan qué tipo de conflicto se ha desarrollado: en qué medida la lucha de las clases subordinadas sigue bajo formas primitivas, o por el contrario, se esboza el ascenso hacia la lucha política del proletariado.

En este apartado recorreremos el intento de librar la lucha con la estrategia de unificar a las dos fracciones en que estructuralmente se divide el proletariado: el movimiento piquetero y el movimiento sindical, incluyendo las alianzas de esa fuerza social con otras.

Son esas fusiones y unidad latente, con algún grado de pasaje a lo manifiesto, entre movimiento sindical y movimiento piquetero, las que abren la preocupación de las personificaciones del régimen [Duhalde, autoridades del aparato represivo del Estado, y en general, los cuadros de la burguesía financiera.

Es como decir, que algunos enfrentamientos devienen un observable de la crisis. Nos referimos a la persistencia de ciertos enfrentamientos que atraviesan a toda la sociedad, y alarman a los sectores del régimen, quienes profundizan el uso del aparato represivo del Estado.

El programa de estas fuerzas que desarrollan la unidad en la lucha, es: ‘que se vayan todos’; la necesidad de la intervención del Estado en los problemas sociales; la estatización de las privatizadas; el abandono de las políticas favorables a Estados Unidos [EE.UU] y el Fondo Monetario Internacional; simultáneamente fuertes reclamos de planes, de empleo y en menor medida de aumento salarial.

Estructura del conflicto social, por fuerza social, por mes: enero 2002 hasta abril 2003

El enfrentamiento social y politico en la Argentina reciente

1] Las cifras de los registros y su interpretación.

Primer cuatrimestre  2002.

Cuadro 2.

Primer cuatrimestre  2002

Enero, febrero, marzo, abril.

El enfrentamiento social y politico en la Argentina reciente

Si consideramos los cuatro cuatrimestres, tenemos una media por cuatrimestre de 410,75 enfrentamientos, donde el segundo y el tercer cuatrimestre de 2002 aparecen por encima de la media.

Con una media para los 16 meses del período de 102,69 enfrentamientos por mes, los 4 meses del primer cuatrimestre están debajo de esa cifra: Enero 44; Febrero 76; Marzo 81; Abril 71. [Ver Segunda Parte, Cuadro 3].

Las cifras por debajo del promedio de los 16 meses, estarían indicando el carácter todavía en formación y novedoso, de articular luchas reivindicativas, que objetivamente marcan la determinación de la estructura económica-social, con el inicio de una transición hacia la lucha política.

Algunos de los casos donde se libran luchas en condiciones de unidad en la lucha de varias fracciones son:

– La Comisión Interna del INTI [Lista Naranja en UPCN]: mantiene la coordinación con las organizaciones de desocupados; la dirección de UPCN, que pertenece a la CGT Daer, mantiene la separación sindicalizados y desocupados.

– Otro caso de unificación de las luchas, es la formación de una alianza de sectores contra la Corte Suprema; sus integrantes son: sectores medios ahorristas; asambleístas; organizaciones de abogados y derechos humanos; la CTA -aporta dirigentes, lo mismo que la FTV-. Según los registros realizados, se estima en unos 1500 manifestantes los de  realizadas contra la corte.

– El FRENAPO, que se moviliza unificando a ocupados y organizaciones de derechos humanos.

– En algunas provincias -algunas localidades y ciudades- se han formado coordinadoras, cuyos integrantes provienen de varias clases sociales. Es el caso de Casilda -Santa Fe- donde ha surgido una coordinadora de ocupados, desocupados y fuerte presencia de productores agropecuarios y comerciantes.

La centralidad de la formación de estas fuerzas agrupadas, se localiza en las grandes organizaciones de piqueteros, con tendencia a ser fuerzas de nivel nacional, con el acompañamiento de los gremios de estatales y de docentes [en la CTA], y las asambleas, en formación y tratando de articular sus luchas con las movilizaciones de los dos grupos principales: desocupados y ocupados.

Segundo cuatrimestre 2002.

Segundo cuatrimestre 2002

Mayo, junio, julio, agosto

El enfrentamiento social y politico en la Argentina reciente

Con una frecuencia de 614 enfrentamientos, es el cuatrimestre que concentra la mayor cantidad de hechos, producidos por las fuerzas agrupadas, muy por encima de la media cuatrimestral de 410,75.

Los meses que muestran un viraje en la situación son mayo, con 324 casos y agosto con 145 casos, mayor que la media de 102,68 por mes. Entre ambos meses se ha librado uno de los enfrentamientos más importantes de todo el período de 16 meses, que ha sido la lucha en Puente Pueyrredón, en junio, con el asesinato de Kosteki y Santillán.

La alta frecuencia de mayo, se nutre de las movilizaciones a cargo de grupos que luchan unificados, tanto las movilizaciones y actos del primero, mayo; como la confluencia de las jornadas nacionales de lucha, [el 29-5]. Las movilizaciones del día del Cordobazo, producen enfrentamientos en todo el país, librados por fuerzas unitarias de piqueteros y sindicalizados, con la creciente intervención de las Asambleas.

Agosto también aparece por encima de la media; ello responde a la extensión de las movilizaciones a cargo de las dos coordinadoras, que han profundizado la división del movimiento en dos fuerzas: son la Coordinadora de la Casa de Nazareth, con la articulación CTA-CCC, que combina organizaciones de desocupados con los gremios que integran la CTA; y la Coordinadora de la Casa de Colombres, con el Bloque Piquetero Nacional y fracciones de sindicalizados, especialmente los obreros de empresas recuperadas y fuerte presencia de Asambleas.

Se destaca la marcha contra el funcionario O’Neil, convocada por separado por las dos fuerzas con unidad en la lucha, a la vez que inciden las movilizaciones en San Juan y Entre Ríos, contra los respectivos gobernadores.

También la marcha de cuatro días por el Conurbano bonaerense, convocada por CTA y CCC.

Tercer cuatrimestre 2002

Tercer cuatrimestre 2002

Setiembre, octubre, noviembre, diciembre

El enfrentamiento social y politico en la Argentina reciente

Por encima del promedio, se coloca en segundo lugar, con 450 frecuencias. Noviembre con 134 y diciembre con 136, aparecen por encima de la media de 102,68; Setiembre y Octubre, con 90 casos cada uno, están por debajo de la media.

En setiembre, se destaca un intento de movilización conjunta unitaria, de las dos fuerzas en que se divide la lucha coordinada entre sectores; aunque no se alcanza plenamente.

También en setiembre, se destacan las movilizaciones y actos contra el atentado a la vivienda de Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo. Se alcanza una acción unitaria por las dos grandes fuerzas en que se divide el movimiento.

A ello se agregan las movilizaciones en Jujuy, pidiendo por la liberación de los detenidos.

Noviembre, que con 134 casos de frecuencia se halla por encima de la media, remite a las movilizaciones y actos del Movimiento de los Chicos del Pueblo, organización de la CTA.

También las movilizaciones del Bloque Piquetero, pidiendo la suba del subsidio de desempleo.

Inciden en esta frecuencia de noviembre por encima del promedio, la jornada de lucha coordinada de CTA y CCC, contra la pérdida de la soberanía y algunas reivindicaciones económicas.

El Bloque Piquetero también produjo una jornada de lucha unificada, con las Asambleas y los partidos de izquierda.

Sobre todo, el enfrentamiento que incide en la cifra alta de noviembre, es el conflicto prolongado en la fábrica recuperada Brukman: abarca movilizaciones, campamento, resistencia al desalojo, nueva toma de empresa, episodios de lucha de calles.

 En diciembre, con 136 casos, por encima del promedio, se destacan:

– las movilizaciones y otras luchas relacionadas al 19 y 20 diciembre;

– la Marcha de la Resistencia;

– la Jornada Nacional contra el hambre;

– la lucha en Neuquén pidiendo la renuncia del gobernador;

– el Congreso de la CTA;

– el Bloque Piquetero con la Marcha Federal;

– el Paro nacional de la CTA, con movilización [integra el paro de los ocupados con la movilización de los piqueteros];

Primer cuatrimestre 2003

Primer cuatrimestre 2003

Enero, febrero, marzo, abril

El enfrentamiento social y politico en la Argentina reciente

Presenta tres meses por debajo de la media de enfrentamientos [102 casos]: enero 52, febrero 29 y marzo 82; con un mes por encima del promedio, abril con 144 frecuencias.

Se registra, en la frecuencia alta de abril:

El Bloque Piquetero realiza la Asamblea Nacional de Ocupados y Desocupados; organiza un plan de lucha.

Inciden en la frecuencia alta la continuación de la lucha alrededor de la empresa recuperada Zanon, que repercute fuertemente en Neuquén, también en Capital Federal.

La lucha librada por el Encuentro Nacional por la Soberanía, con movilizaciones contra el golpe en Venezuela.

La lucha alrededor de la fábrica ocupada Sasetru -en Sarandí-, enfrentamiento de gran importancia estratégica, por la dimensión del establecimiento.

 Pero, el conflicto principal durante abril está dado por el ascenso de la lucha unificada en apoyo a las obreras de Brukman. Este conflicto sigue siendo el enfrentamiento principal, entre las luchas coordinadas por varias fuerzas, que figura entre las batallas principales libradas por los sectores que construyen la unidad en la lucha. Claro ejemplo de articulación entre ocupados y desocupados.

Las movilizaciones contra la invasión del imperialismo yankee a Irak.

La continuación de las luchas unificadas por Zanon.

CONCLUSIONES

1] Las cifras del periodo 1-2002 / 4-2003

 Del total de 4562 hechos registrados, producidos por los cuatro grupos, durante los 16 meses, los hechos producidos conjuntamente –Grupo 1-2-3-Otros-, es decir, hechos producidos por obreros ocupados o sindicalizados, desocupados o piqueteros, junto a asambleístas-ahorristas, alcanzan los 1643 hechos (36% del total), siendo la categoría de mayor frecuencia registrada.

 Los enfrentamientos librados por las fracciones obreras desocupadas, se ubican en el segundo lugar, con 1263 casos (27,69%); el tercer lugar corresponde al total de hechos producidos por la fracción de obreros sindicalizados, con 1129 hechos (24,75%); muy por debajo, en cuarto lugar, figuran los asambleístas-ahorristas, con 527 hechos (11,55%).

 Si consideramos los 4562 hechos del total de registros, para todo el período de 16 meses, y los agrupamos en 4 cuatrimestres, se puede observar que en el primer cuatrimestre de 2002 se realizaron 1246 hechos (27,31%); 1167 en el segundo cuatrimestre (25,58%); 974 en el tercer cuatrimestre (21,35%); y en primer cuatrimestre de 2003, 1175 hechos (25,75%).

  Hay que resaltar el pronunciado descenso registrado en el tercer cuatrimestre de 2002. La media por cuatrimestre es igual a 1140 hechos.

2] La contradicción que caracteriza al período

 Si tomamos el conjunto de hechos registrados en el período bajo estudio, localizamos que al interior de los grupos sociales movilizados se desarrollan, de un modo contradictorio, dos grandes estrategias. De una parte, una tendencia ascendente a la unificación de los enfrentamientos que libra el proletariado y sus aliados; de otra, la presencia de estrategias de tipo reformista, centradas en mejorar las condiciones de vida de ocupados y desocupados.

 Si los enfrentamientos pueden ser considerados un indicador del momento de constitución de las fuerzas sociales, esto es, del grado de conciencia y organización de las clases, que se expresa a través de las luchas que libran entre sí, el período nos ha dejado grandes enfrentamientos, impulsados por fuerzas con cierto grado de unidad. Ello nos daría la tendencia de cierto cambio cualitativo incipiente, que aparece con la construcción del observable 1, 2, 3-Otros: son los enfrentamientos producidos por la fusión entre las dos fracciones proletarias de la población obrera, ocupados y desocupados. A ello, se agregan las numerosas alianzas con asambleístas-ahorristas y otras fuerzas sociales.

 En ese sentido, estas grandes luchas del período constituyen un intento de avance, en la transición de la lucha de clases, hacia la acumulación de fuerzas en unidad de las dos fracciones del proletariado, con otras fracciones populares.

3] Las fuerzas sociales que intervienen en los enfrentamientos del periodo

En este ejercicio provisorio, pues queda pendiente de realizar la investigación cualitativa respecto de las fuerzas que intervienen en el periodo, distinguimos tres fuerzas principales:

Fuerza 1

 Impulsa el proceso de los enfrentamientos sociales en sentido ascendente: se orienta hacia una transición de la lucha del proletariado, que subordine la lucha económico/corporativa a la lucha política. Son enfrentamientos donde se lucha por un gobierno popular de los trabajadores, con un Estado que revierta la relación de dependencia con el imperialismo y las multinacionales.

     Se incluye en la Fuerza 1:

  • Las organizaciones del Bloque Piquetero Nacional;
  • Sindicatos, listas y comisiones internas combativas;
  • La Corriente Clasista y Combativa;
  • Los partidos de izquierda, que corresponden a parte de las organizaciones del Bloque.

Fuerza 2

     Impulsa la lucha económica, reivindicativa del proletariado, que no incluye la formación del proletariado como clase social política. Son los enfrentamientos cuyo fin u objetivo es la lucha por salario, alimentos y planes sociales.

Se incluye en la Fuerza 2:

  • La CTA, con las direcciones de los gremios que la integran;
  • La Federación de Tierra y Vivienda.

Fuerza 3

  La fuerza del régimen.[10] La burguesía concentrada, las multinacionales, los bancos, la burguesía agraria, los medios y el aparato cultural de la gran burguesía. El aparato del Estado capitalista está intacto y oscila entre la negociación, con las fracciones populares, a través de los Consejos de Participación, manejados por el aparato del Partido Justicialista y la organización nacional de la Iglesia Católica; sumándose el uso creciente del aparato represivo del Estado; y los grupos de choque de la burocracia sindical. La estrategia de esta fuerza consiste en derrotar y desmovilizar a los sectores combativos.

Se incluye en la Fuerza 3:

CGT oficial [Daer] y los principales gremios industriales que la integran.

CGT disidente [Moyano] y los gremios que la integran.

4] Debate estratégico de la lucha de clases del proletariado, y sus aliados, en el periodo

El debate estratégico, cuando es explícito, está a cargo de organizaciones y partidos, dado que no se ha constituido un espacio más amplio, tal como un frente político de liberación nacional y social.

Desde la Fuerza 1, que considera que los enfrentamientos de diciembre han  elevado la ‘violencia’ y la ‘intensidad’ de las luchas,[11] se trata de desplegar una estrategia que haga de los enfrentamientos, el inicio de una fase de transición a la lucha política de la clase obrera. Se considera que la insurrección ‘espontánea’ o la lucha de calles librada por masas desorganizadas, puede ser el elemento para pasar al inicio de la nueva etapa.

Esta lucha política es una etapa formulada por las vanguardias de la clase, que no llega a producirse: sería la periodización de las luchas para intentar profundizar el carácter ascendente del proceso, con vistas a una etapa a alcanzar.

Pero esta transición finalmente no se produce, y no cristaliza en una política de masas: las formas de lucha «piquete»; asamblea; ocupación de empresas quebradas y otros hechos, no devienen en una acumulación para la transición a la lucha política consciente. Así, la estrategia hacia la lucha política es rápidamente superada por los resultados desfavorables en los enfrentamientos que libran estas fracciones.

Respecto de las principales concepciones estratégicas[12] de la Fuerza 1:

 Algunos agrupamientos incluidos en esta fuerza plantearon como parte de sus objetivos estratégicos una constituyente y que se vayan todos, objetivos que chocaron con los límites que impone el control burgués de la lucha electoral, a la vez que la movilización de masas no ha acumulado para producir un cambio constitucional de esas características.

 Otros agrupamientos que componen esta fuerza planteaban la posibilidad de volver a producir un ´nuevo Argentinazo´. Sin embargo, se mantiene el problema de lo espontáneo y lo consciente: no se pudo resolver la construcción de las condiciones tácticas, que se corresponde con ese tipo de hechos.

 Tampoco resultó viable la táctica de una huelga general que favorezca las grandes movilizaciones, imponiendo los cambios en la lucha de calles: en todo el período los sindicatos han seguido controlados por la denominada ‘burocracia sindical’. 

 Respecto de impulsar las multisectoriales, como es sabido son sectores burgueses y  pequeños burgueses con asambleístas y ahorristas. El peso real del movimiento asambleario no convoca al grueso de los sectores medios, que permanece desmovilizado.

 En el caso de la Fuerza 2, no aparece el problema del pasaje a la lucha política del proletariado.[13]

Respecto de la Fuerza 3, el régimen sigue una estrategia que combina varias tácticas: la negociación [conceder algunas reivindicaciones económicas], el uso de la violencia [armada, simbólica] y a partir de setiembre del 2002, el llamado a elecciones presidenciales; las líneas estratégicas del movimiento popular, irán dando respuesta a la forma que va adoptando la lucha. 

Delimitación entre la Fuerza 1 y la Fuerza 2

Si bien es posible localizar reivindicaciones comunes respecto de las fuerzas 1 y 2,[14] de los registros se infiere que la actuación política concreta, de los agrupamientos que integran la fuerza 2, resultan coincidentes con las tácticas que, fundamentalmente a partir de la convocatoria a elecciones presidenciales, son desplegadas por la fuerza 3.

Asimismo, hay que destacar la situación cambiante en el alineamiento de varias fuerzas; esto sucede con fuerzas integrantes de la Fuerza 1, que se han aliado y han abandonado la alianza con el Bloque Piquetero. Es el caso del MIJD y el Movimiento de Desocupados la Coordinadora Aníbal Verón.

El caso de la CCC, que hemos ubicado en la Fuerza 1, pero sus enfrentamientos los libra en alianza con la FTV y la CTA –desde el año 2000-, pese a su vínculo orgánico con el Partido Comunista Revolucionario [PCR]

Con respecto a la CTA, hay que destacar el debate a su interior, entre ocupados y desocupados, en tanto que integran la misma organización obrera. Nada indica que ese debate se haya planteado el problema fundamental, que resulta de la mayoría de los trabajadores asalariados, organizados por la burocracia sindical, de la tregua con el gobierno de Duhalde; también romper el cerco que separa a ocupados y desocupados: a favor de la lucha unificada de ambos.

Después de setiembre 2002, con la estrategia electoral del régimen, con el llamado a elecciones, se consolida la derrota de la estrategia hacia la lucha política del proletariado.

Después de abril 2003, la burguesía tiene un nuevo gobierno, que apunta a salir de la crisis económica y política, restaurando cierta normalidad de la sociedad capitalista.

Bibliografía:

       Bonavena Pablo, Mañon Mariana y Nievas Flabián (2004). Consideraciones acerca de la construcción de poder popular en la Argentina actual y el movimiento piquetero. VI Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

       Cotarelo María Celia [1968]. Argentina (1993-2010).El proceso de formación de una fuerza social, Bs. As.: Imago Mundi.

       Clausewitz, De la guerra, Bs. As.: Ediciones solar.

        Dahrendorf, Ralf [1961] Sociedad y libertad. Hacia un análisis sociológico de la actualidad Madrid: Editorial Tecnos.

            Izaguirre Inés [2009] Sobre la teoría, la realidad y el conocimiento de la lucha de clases. Lucha de clases, guerra civil y genocidio en la Argentina. 1973-1983. Antecedentes. Desarrollo. Complicidades. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires.

             Lenin, V.I. [1986] Algo más sobre los errores de Trotsky y Bujarin. Obras Completas, Tomo XXXII. Buenos Aires: Rafael Cedeño Editor.

        Marín, J.C. [2009]  La noción de ‘polaridad’ en los procesos de formación y realización de poder. Cuadernos de CICSO, Serie Análisis-Teoría n°8. Marín J. C. Cuaderno 8. Bs. As.: Ed. Picasso.

              Marx Karl y Engels Friedrich , [1974]  El Manifiesto comunista. Obras escogidas, Moscú, Progreso.

             Nievas Flabián [2016]. Lucha de clases, una perspectiva teórica epistemológica. Bs. As.: Imago Mundi.

            Poulantzas Nicos [1968] Poder político y clases sociales en el Estado capitalista. (25 ed.) México: Siglo XXI.


[1]
                  [1] Nos basamos en la distinción teórica entre lucha económica y lucha política que hace  Lenin en  Algo más sobre los errores de Trotsky y Bujajrin, Tomo 32, p.92.
 

[2]
                  [2] Karl Marx y Friedrich Engels, El Manifiesto comunista, en Obras escogidas, Moscú, Progreso, 1974, p.32.

[3]
                  [3] Poulantzas Nicos; Poder político y clases sociales en el Estado capitalista [1968] Siglo XXI, Vigesimoquinta; México, 1990, p. 100.

[4]
                   Ibid, p.86.

[5]
             Marín, J.C., La noción de ‘polaridad’ en los procesos de formación y realización de poder. Cuadernos de CICSO, Serie Análisis-Teoría n°8. Bs. As. Ed. Picasso, p. 31.

[6]
            [6] «Existe cierta tendencia vulgar a asimilar cualquier enunciado de legalidad con el positivismo. Decimos que es «vulgar» justamente porque en tal tendencia es recurrente la incomprensión (o el liso desconocimiento) del positivismo. La búsqueda de establecimiento de leyes sociales no es privativa del positivismo, sino de todos quienes se preocupan por comprender cabalmente los fenómenos sociales. Pensadores tan distantes del marxismo como M. Weber o A. Giddens, a quien nadie tacharía de positivistas, no dudan en pensar en términos de leyes sociales».
            Nievas, Flabián; Lucha de clases: isomorfismo y metamorfosis en las categorías analíticas de los pensadores marxistas clásicos; Tesis doctoral [inédita]; Bs. As.; 2009; cap.II: El concepto de lucha de clases; p.12.

[7]
            [7] Zofío,  Ricardo; Revolución burguesa y desarrollo del proletariado como clase partido en “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte” de Karl Marx; Universidad Nacional de Luján; Secretaria de Publicaciones del Departamento de Cs.Sociales; 1994.

[8]
             [8]«Queda claro que Marx no formula aquí una teoría de las clases […] sino que enuncia las primeras proposiciones de la teoría de la lucha de clases, ley social que expresa el intento permanente de las clases y fracciones subordinadas por revertir el orden social escindido y desigual. Tal como el propio Marx lo señala, la existencia de las clases y sus luchas ya había sido registrada en el pensamiento económico premarxista, en forma de una abstracción empírica y es él quien realiza el pasaje a la abstracción reflexiva sobre los procesos de lucha que observa y sobre los que desarrolla los primeros enunciados teóricos». Izaguirre Inés; Sobre la teoría, la realidad y el conocimiento de la lucha de clases; en Izaguirre, Inés y colaboradores; Lucha de clases, guerra civil y genocidio en la Argentina. 1973-1983. Antecedentes. Desarrollo. Complicidades [2009]; Editorial Universitaria de Buenos Aires; 2009; pp.29/30.

[9]
                  [9] Marín,Teoría Revolucinaria, Capítulo 1.
 

[10]
            [10] Por régimen nos referimos al modo de funcionamiento de los grupos orgánicos propios del capitalismo, dentro de un orden político y social mediante el cual la clase dominante mantiene su dominación sobre el conjunto de los explotados y oprimidos. Dentro de dicho orden, pueden coexistir y confrontar diferentes fuerzas sociales en función de intereses sectoriales, político-económicos y culturales.

            Se distingue, asimismo, entre régimen y gobierno, que refiere al uso de lo orgánico, por el que compiten los partidos, que expresan alternativamente a aquellas fuerzas orgánicas.

[11]
            [11] Siguiendo la distinción de Dahrendorf, para los conflictos sociales según la violencia y la intensidad, tenemos: la violencia: “Señalemos sólo algunas marcas en la escala de la violencia que podría construirse: la guerra, la guerra civil, una disputa general y armada con peligro de la vida de los participantes designan probablemente un extremo; el diálogo, la discusión y las negociaciones con todas las formas de la cortesía y en un ambiente de sinceridad de los interesados, en el otro extremo. En el medio queda un número abigarrado de formas más o menos violentas de disputas entre grupos: la huelga, la competencia, el debate acerado, el apaleamiento, el intento de mutuo engaño, la amenaza, el ultimátum, etc.” pp.198/199.

            También, la intensidad: “La intensidad de un conflicto es grande si este importa mucho a los afectados, es decir, si los costes de la derrota son cuantiosos.” p.199.  “Se refiere siempre, […] a la energía invertida por los participantes y, con ello, al peso social de determinados conflictos.” p.199. Dahrendorf, Ralf, Sociedad y libertad. Hacia un análisis sociológico de la actualidad [1961]; Editorial Tecnos;  Madrid; 1971.

[12]
            [12] Algunas de las consignas a través de las cuales se intenta desarrollar un proceso de acumulación de fuerzas son: ‘fuera Duhalde’, ‘que se vayan todos’, por otro 19 y 20-12, ‘por un gobierno de los trabajadores y el pueblo’, contra ‘la elección continuista y restringida’; el pedido de un proyecto político para tomar el poder; denunciar la tregua con Duhalde, por la huelga general y el gobierno de los trabajadores, organizar a las masas para la violencia, la necesidad de construir una dirección; convocatoria de la constituyente; eliminación de los consejos consultivos; liberación de los detenidos; la toma de empresas quebradas; interceptar camiones de alimentos; por la renuncia de Duhalde; entre otras iniciativas. 

[13]
            [13] Algunas de sus consignas son: ‘pan, paz, trabajo y democracia’; ‘contra el hambre, la desocupación y la trampa electoral; ‘que se vayan todos’; por el reconocimiento legal de los desocupados; contra los 14 puntos de Duhalde y el FMI; por una nueva clase trabajadora organizada; el piquete no debe ir contra los trabajadores y los sectores medios; protestas pacíficas sin taparse la cara; por un gobierno de unidad popular; contra la intervención de los servicios yanquis; que se vayan todos y decida el pueblo. 

[14]
            [14] En nuestros registros hemos podido localizar reivindicaciones comunes que pueden ser desagregadas en tres grandes grupos: 1.- Objetivos económico/corporativos: específicos de determinadas fracciones o capas sociales vinculados a sus intereses inmediatos en el campo de las relaciones sociales establecidas en la actividad económica, es decir a la limitación de la explotación (obtener condiciones o medios de vida: fuentes de trabajo, planes de empleo y sociales, ayuda social, subsidios, alimentos, medicamentos, mejoras salariales, salarios o planes sociales adeudados, exención de servicios, planes de viviendas, contra reducciones salariales, de planes o despidos, etc.); 2.- Objetivos político/corporativos: específicos de determinadas fracciones o capas sociales vinculados a sus intereses inmediatos en el campo de las relaciones políticas, es decir a la limitación de la opresión (por ejemplo: por la libertad y desprocesamiento de presos políticos, contra represión y criminalización de la protesta, contra gatillo fácil, repudiar o esclarecer crímenes o atentados, por justicia ante hechos puntuales como crímenes, por o en contra de determinadas leyes, por o en contra de renuncia de miembros de algún poder institucional, contra reprivatización de empresas determinadas, contra conducciones sindicales, etc.). Finalmente, 3.- Objetivos político/económicos generales: abarcan el conjunto de las relaciones sociales, políticas y económicas, es decir, dirigidos al conjunto de la sociedad, y que hacen a los intereses populares y potencialmente a una transformación social (por ejemplo contra el modelo o la política económica nacional o internacional como la guerra, el ALCA, contra el FMI, contra pago de deuda externa, contra el imperialismo, por la reestatización de las empresas privatizadas, apoyar gobierno nacional, por renuncia del gobierno nacional, que se vayan todos, por gobierno de los trabajadores y del pueblo, contra o a favor de políticas de estado, etc.).

Revista comunista de análisis y debate