TANGO EN ROJO

Por Pablo Stasiuk

Cuenta la historia que el 2 de diciembre de 1905 nació en el Barrio Villa Crespo, uno de los artistas más representativos de nuestro pueblo: Osvaldo Pedro Pugliese…”El Maestro”, para los entendidos. Se crió en familia de músicos, pero pisando la década del 20, su primer trabajo fue en un taller de imprenta. Más adelante, su padre lo convenció de estudiar música, y ahí arrancaría la historia de uno de los artistas más respetados por sus pares y el público.

No tardó en llegar su primera composición. Fue el tango “Recuerdo”, al que otro monstruo del tango como Julio De Caro, calificó como “un tango que adelanta mil años…que pertenece al futuro de la música”.

En la década del 30 y ya consolidado en su versión artística, vio cómo la crisis empezaba a golpear a los músicos que se veían obligados a trabajar por contratos miserables y ser víctimas de maltrato. Fue uno de los fundadores del Sindicato de Músicos Populares y luchó para la creación de la Sociedad de Músicos Argentinos.

Entre crisis y noticias que llegaban sobre la guerra civil española, Don Osvaldo decide afiliarse al Partido Comunista Argentino, con su carnet número 108, del cual sería militante hasta el día de su muerte.

En plena formación de una de sus orquestas, fue detenido por tocar en un acto de inauguración del local del PC…así que hubo que esperar su liberación para el debut exitoso en el café “El Nacional”. Su recorrido musical empezó en la zona sur de Buenos Aires, lo que lo convirtió en uno de los preferidos de la clase trabajadora. El maestro siguió su militancia y durante el primer gobierno peronista sufriría una feroz persecución. Boicoteaban sus espectáculos, enviaban provocadores a los bailes, se les exigía documentación completa a los músicos o se lo detenía horas antes de sus actuaciones. «En 1948 prácticamente me borraron —recordaba don Osvaldo—. Nadie me daba trabajo, padecí humillaciones diversas, pero la orquesta siguió funcionando, sin pianista, estando yo preso, con un clavel rojo sobre el piano»

Dicen algunos, que Perón en su regreso en 1973, se cruzó con el maestro y le dijo “Gracias por haberme perdonado”.

Para todo esto, Don Osvaldo ya formaba parte de la avanzada del tango, contando entre innumerables admiradores a un tal Astor Piazzolla, quien diría: “El maestro Pugliese es la misma esencia del tango, es la historia y el futuro de nuestra música ciudadana”.

El maestro seguía tocando, creando y militando. En la década del 80, después de unas declaraciones a favor de la revolución Cubana, el periodista fascista Bernardo Neustadt le dijo: “Mejor siga tocando la Yumba” a lo que el maestro contestó:  «Me permito recordarle que aparte de músico, y aun por encima de mi profesión, soy un ciudadano. Un ciudadano con ideas, que me mantuve toda la vida con ellas a pesar de la cárcel, las persecuciones y discriminaciones. Que soy un comunista y de los que no se doblegan ante las dificultades y fracasos».

Fue el impulsor y principal defensor de lo que se llamaría “la Orquesta Cooperativa”, donde todos cobraban en partes iguales, lo que generaría la “envidia” de las otras orquestas, al ver que sus directores o cantores se llevaban el grueso de la recaudación. Cada vez que se le preguntaba a Don Osvaldo por sus detenciones políticas, respondía: “No creo que estar preso sea una virtud para andar proclamándola… Cuando uno opta por militar en un partido, opta por todas las satisfacciones y por todos los inconvenientes y sinsabores de la cosa. Lo hace porque le parece lo mejor, porque lo siente como una obligación”.

De esta manera, Pugliese se convertiría en uno de los más grandes exponentes musicales del tango y a la vez se ganaría un lugar como símbolo de un Partido que ha visto integradas sus filas por los artistas más destacados, tanto en la poesía como en la música.

Desde CENTENARIO, lo que queremos, es rescatar los símbolos culturales que ha tenido nuestro partido a través de la historia. Porque de verdad creemos que hay una cultura comunista, y que ésta ha sido, muchas veces, la base para otras manifestaciones culturales. Muchos artistas consagrados declararon su pertenencia al PC, aun en los momentos más difíciles y nuestra tarea es recuperarlos y mostrarlos como lo que fueron: artistas comprometidos no solo con la calidad en lo que hacían, sino también con los reclamos y luchas de su pueblo.

El Maestro sostuvo siempre que él era un trabajador de la música y eso lo convertía en parte integrante de una clase, la clase obrera, y que esa clase tenía un partido que la representaba: El Partido Comunista.

En éste primer número de CENTENARIO celebramos la memoria de nuestro artista más emblemático, Don Osvaldo Pugliese…el músico…el obrero…el comunista.

Revista comunista de análisis y debate