INGENIO LEDESMA Y EL CURIOSO PAÍS DE LOS LIBERALES ESTATISTAS

Nota de Leonardo Juárez

Nacido en 1830 en el valle del río San Francisco (ramal jujeño), en 1876 este ingenio, hasta entonces una hacienda azucarera propiedad de los terratenientes salteños Sixto y Querubín Ovejero, importó modernas máquinas de Inglaterra que llegaron a la estación Tucumán y fueron luego transportadas por carretas a la empresa.


En 1911 Enrique Wollman y Carlos Delcasse, dos financistas franceses emigrados a la Argentina, compraron las acciones de Ledesma y fundaron la “nueva Compañía Azucarera Ledesma”, la que en 1914 se convirtió en “Ledesma Sugar Estates and Refining Co Ltd”. Wollman fue presidente hasta su muerte en 1927.El jefe de ingenieros, Herminio Arrieta, casado con la hija de Wollman, pasó a ser presidente del directorio de la compañía. La hija de Arrieta se casó con Pedro Blaquier quien más adelante pasó a ser a su vez presidente del directorio hasta la actualidad.


La formación de esta empresa capitalista con moderna tecnología, propietaria no sólo de las instalaciones procesadoras del azúcar sino también de las extensas plantaciones de caña, fue posible porque se dieron condiciones generales en las que es preciso señalar especialmente dos: a) posibilidades de contar con un gran número de trabajadores, b) existencia de un sistema político legal que favoreció la obtención de mano de obra y garantizo el mantenimiento del orden, mediante la coacción jurídica para su disciplinamiento: conchabo y peonaje por deuda fueron dos instrumentos utilizados para paliar la escasez de mano de obra y la permanencia de la misma, para el caso de los criollos y extranjeros.
Descartada la posibilidad de empleo masivo de trabajadores criollos locales o perilocales, como de inmigrantes por la escasez de los mismos, el único recurso factible era echar mano de una fuerza laboral aún no plenamente explotada: el aborigen chaqueño, los ingenios presentaban una gran dependencia de la mano de obra estacional, esta era vital porque de no asistir a la zafra se veía paralizada la producción, aún así ninguna ley o reglamentación protegía dicha mano de obra.


El apagón de Ledesma
La empresa Ledesma tiene una negra tradición de persecuciones, mostro a lo largo de su historia una gran disposición a tener comisarias y subcomisarias, alojamiento para tropa de línea, y no así por ejemplo para la apertura de escuelas u hospitales.


Pero nada supera su accionar durante la dictadura fascista del 76.La noche del 20 de julio de 1976 el apagón fue total en la zona de Libertador y Calilegua. Con listas proporcionadas por la empresa, fuerzas combinadas del ejército, Gendarmería y de la propia policía local utilizando vehículos del ingenio, allanaron y saquearon viviendas secuestrando a cientos de obreros, estudiantes y profesionales que fueron llevados a cárceles y campos de concentración. Treinta de ellos pasaron a integrar las listas de detenidos desaparecidos y otros soportaron años de cárcel.


Blaquier y Lemos, son responsables directos de las desapariciones (Lemos ex administrador, representaba el 11% del paquete accionario del ingenio en manos de su madre, es decir también era dueño) y saben sin ningún lugar a dudas donde están los cuerpos de nuestros compañeros.
Brasil, Mercosur y después…


Luego de la crisis petrolera de principio de los setenta, el Brasil decidió aplicar una política estratégica de subsidios a la producción de alcohol de caña. Esto para abastecer de combustible a su parque automotor, estimulando este tipo de combustible en reemplazo de la nafta(o mediante mezcla). Para aumentar la producción de alcohol, elevó artificialmente los precios subsidiándolos mediante un impuesto a las naftas que transfería a la producción alcoholera, asegurando su compra por medio de la empresa estatal Petrobras. De subproducto, el alcohol pasó a ser producto principal de su sector azucarero, aumentando en forma gigantesca la producción de caña de azúcar.


El presidente del directorio de Ledesma, defendió calurosamente las políticas neoliberales de apertura indiscriminada de la economía argentina, al tiempo que sostuvo siempre la necesidad de mantener la protección del sector azucarero como un problema especial, pues producto del subsidio a la industria azucarera brasileña “corre peligro de derrumbe toda la economía del noroeste”, y en este caso la integración se postergara hasta tanto el Brasil desmantele su sistema de regulación y subsidios……?
El fantasma brasileño no sólo le permite hacerse de ingentes subsidios, sino que pretende disimular el carácter, diminuto, inútil, atrasado y despiadado de la burguesía jujeña.


Sólo es necesario constatar que el aporte de la provincia al PBI nacional no llega al 1%, es de 0,95. Su atraso hace que la disputa fundamental este dada por los recursos que manda la Nación, por la rapiña, no por lo que producen; ya que Jujuy a su vez solo aporta 0,2 del total de la manufactura de la Nación, que es fundamentalmente de origen primario, de baja calidad técnica y de bajo valor agregado.


Caña de azúcar se hace desde hace 230 años, tabaco hace más de un siglo. Inútiles, no inventaron nada, sino pone el estado no hacen nada, implantaron un modelo y los recursos se van afuera, esto confirma la incapacidad histórica de esta burguesía parasitaria.


Ferrocarriles desarrollados por el estado, reclutamiento de mano de obra forzada por el ejército, y por la aplicación de normativas jurídicas que favorecían absolutamente a la patronal, con formas de pagos en la que era inexistente casi el cien por ciento de pago monetario , abundando el pago en especie, en fichas, o la liquidación al final de cosecha( arreglo grande) en donde en la mayoría de los casos según las necesidades de mano de obra de los ingenios, quedaban debiendo los trabajadores zafreros; a esto debemos sumarle agotadoras e interminables jornadas laborales que en muchos casos superaban las 12 horas.


Gobiernos conservadores, radicales, militares y peronistas, todos sin excepción han beneficiado a esta empresa (hasta el día de hoy con los subsidios al bioetanol) convirtiéndola en la superficie bajo riego más grande del mundo, y constituyéndose a su vez en responsables directos de su prosperidad y de la consiguiente ruina de sus trabajadores.

A propósito de la muerte impune de Carlos Blaquier

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