Informe político presentado a la Dirección Nacional de Rebelión Popular, por su Secretario Político Leonardo Juarez*

EDITORIAL

  1. Caracterización de la Etapa.

Podemos caracterizar la crisis que atraviesa el capitalismo como sistémica y de una profundidad que nunca antes había tenido.

Entre los puntos más destacados podemos mencionar

  • El resultado de las políticas de ajuste social implementadas en Europa, los cuales como no podían ser de otra manera, solo han profundizado los efectos de la crisis, y están dejando en evidencia una vez más, la incapacidad del sistema capitalista para encontrar una salida a la misma sin afectar profundamente a los trabajadores, llevando adelante enormes salvatajes a los bancos y entidades financieras, responsables directos de la crisis existente.
  • El negativo protagonismo de Alemania ubicándose como gendarme disciplinador de la economía europea en línea con el papel que juega la llamada troika, integrada por representantes de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en la supervisión de los planes de ajuste y en el rescate de la banca.
  • Grecia, España, Francia, siguieron las recetas habituales, de ajusten que se enfocan sobre los sectores más débiles, y se busca defender a toda costa que los ricos no paguen más.
  • Resulta también indisimulables los efectos de la crisis en los EEUU con fuertes consecuencias sociales y una alta desocupación, lo que intensifica la tendencia del imperio a aumentar su agresividad proporcionalmente al agravamiento de su crisis.
  • Consignamos también que estaba entrando en caída acelerada el 60 por ciento de la economía mundial, la cual enfrenta una etapa de crecimientos anémicos, estancamientos y recesiones, parámetros que confeccionan la radiografía del capitalismo actual.
  • Las grandes potencias ahogadas por sus deudas impulsan fuertes contracciones en el comercio internacional, que inevitablemente impactan en el impulso exportador de las economías periféricas.
  • Seguimos atentamente las políticas del imperio porque consideramos que un partido revolucionario debe conocer profundamente al enemigo principal y estudiar sus políticas.

Sobre la crisis económica y la pandemia

El mundo vive actualmente una seria crisis económica internacional, una crisis de sobreproducción y sobreacumulación de capital. Reconocemos que en la concatenación de los fenómenos este proceso económico fue catalizado y tomó su forma concreta por la pandemia de Covid-19, que ha agudizado el impacto de la crisis económica a la clase obrera y los sectores populares. Chocamos con los economistas y políticos burgueses que tratan de encubrir el carácter y las causas de la crisis (para la que se ha acuñado el término “El gran confinamiento”) con la pandemia.

Se ha querido ocultar la causa de la crisis actual, presentándola como una crisis derivada de la pandemia, y no de las características inherentes del capitalismo. Sin embargo, si analizamos los datos económicos podremos observar que la tendencia a la crisis económica ya existía desde antes de la pandemia, y que la pandemia únicamente la aceleró y agudizó. En medio de esta tendencia de desaceleración y luego caída de la producción industrial y el comercio mundial, que indicaban el inicio de la crisis, la epidemia del Covid-19 se esparció en el mundo a finales de enero del 2020.

La irrupción misma del virus y su propagación acelerada por todo el planeta es responsabilidad inseparable del capitalismo, que determina la relación del conjunto de toda la sociedad con la naturaleza en la mayoría de los pueblos del mundo.

Las enfermedades zoonóticas que surgieron o reaparecieron recientemente son el ébola, la gripe aviar, el síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS), el virus Nipah, la fiebre del Valle del Rift, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el virus del Nilo Occidental, el virus del Zika y, ahora, el coronavirus SARS-CoV-2 que causa el COVID-19. Todos están vinculados a la actividad económica humana. La interacción con animales a lo largo de la historia ha sido una fuente constante de adquisición de virus (75% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, es decir que son transmitidas por los animales), pero en las últimas décadas la tendencia ha cambiado en diversas y preocupantes direcciones, a la fecha se vienen detectando a un ritmo de 3 a 4 nuevas especies de patógenos humanos nuevos por año.

Se sabe que la integridad de los ecosistemas ayuda a regular las enfermedades al promover la diversidad de especies para que sea más difícil que un patógeno se extienda, amplifique o domine. Por el contrario, su reducción, destrucción, las alteraciones en el uso del suelo, en el clima, en los animales o huéspedes humanos tiene correlación en los patógenos, que siempre evolucionan para explotar nuevos huéspedes aprovechando, por ejemplo, el ganado que sirve como un puente epidemiológico entre la debilitada vida silvestre y las infecciones humanas. Si a la aparición de las enfermedades y su viabilidad para infectar humanos le sumamos el volumen y el ritmo del transporte de mercancías, podemos tener una imagen muy clara de la interacción de todos estos factores empujados por la necesidad del capital de sostener su reproducción ampliada a una tasa demencial, y su responsabilidad en el curso de la pandemia. Como ya estableciera Marx en 1867: “La producción capitalista, por consiguiente, no desarrolla la técnica y la combinación de proceso social de producción sino socavando, al mismo tiempo los dos manantiales de toda riqueza: la tierra y el trabajador”.

Cuando el virus comenzó a expandirse fuera de la República Popular China, ya se sabía de los graves riesgos que podría acarrear en términos de salud. Cada Estado elaboró una estrategia ante la pandemia, y de manera subterránea ante la crisis capitalista. Debió resolver el dilema de que factor social priorizar, y sobre cual recargar los sacrificios: la vida humana o la economía. Esto en los países capitalistas se tradujo en decidir si sacrificar a la clase obrera o a la ganancia capitalista. Sacrificar la salud y la subsistencia de la clase obrera o sacrificar la continuidad y el futuro de las ganancias capitalistas. En todos los países capitalistas, se decidió proteger y asegurar la ganancia capitalista.

Independientemente de que tan efectiva haya sido la estrategia, en los países capitalistas, ineludiblemente terminaron sacrificando a la clase obrera. En todos esos países la clase obrera está sujeta a su suerte al no poseer los medios de producción. La cuarentena trajo en uno y otro lado, despidos y reducciones salariales, sin manera de poder sustentarse. La privatización de la salud y el desmonte de la salud pública hacían que la calidad de atención que podía tener un enfermo fuera mínima. A su vez, se aprovechó la cuarentena para establecer medidas económicas antipopulares y para acrecentar la persecución a la lucha económica y política del proletariado, bajo la excusa de la pandemia.

Por otro lado, en los países donde ha ocurrido una Revolución socialista y aún perduran en cierto grado conquistas del socialismo, puede notarse una diferencia cualitativa. La clase obrera y los sectores populares, su vida y su economía fue priorizada, y aunque tuvieron que tomarse algunos sacrificios económicos (como el cierre de fronteras, la reducción de comercio y del turismo, por ejemplo), esos sacrificios no implicaban sacrificios en las familias obreras, quienes contaron con medidas de subsistencia adecuadas. Se movilizó a las diferentes organizaciones de la clase y el Partido Comunista para asegurar las medidas sanitarias adecuadas, por ejemplo, en Cuba donde el personal médico se movilizó barrio por barrio para explicar la gravedad del asunto desde el principio. Eso permitió el número de muertos por Covid-19 sea mínimo (República Popular Democrática de Corea y República Socialista de Vietnam), y han contenido la pandemia en la RPDC con menos de 10 contagiados, Vietnam con menos de 500 y Cuba menos de 2600.

Comportamiento general del capitalismo

Es indiscutible que en la pandemia los graves costos de la misma han sido transferidos, de múltiples maneras, a la clase obrera y los sectores populares. Y se alzan por encima de todos los monopolios como verdaderos ganadores. Para ello basta revisar los nombres de las empresas beneficiadas sobremanera a propósito o en el marco de la crisis de salud pública mundial: Amazon, Inovio, Moderna, Novavax, Top Glove, K12, Zoom, Teladoc, Netflix, YouTube, Facebook, Pelotón, entre otras. Existen rasgos generales del comportamiento del capitalismo donde predomina el interés general de acrecentar sus ganancias y transferir cualquier perdida sobre las vidas de la clase obrera de múltiples y variadas formas. Y también se demostró que el capitalismo no puede vivir un solo día sin la explotación del trabajo asalariado, que no se puede poner en cuarentena. Tampoco se detuvo el militarismo, que se incrementó, ni la tendencia del capitalismo a la guerra y la barbarie.

Algunos datos de la recesión económica que apunta hacia una gran depresión económica de prolongada duración y corta recuperación.

El número de personas desempleadas en el mundo aumentará hasta los 190,5 millones, según las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 20.5 millones de empleos perdidos tan solo en EEUU (cifra que no se veía desde la gran depresión). Cerca del 60% de la mano de obra mundial (2000 millones) desempeña trabajos informales, mal pagados o que no ofrecen ningún o muy poco acceso a la protección social y los derechos laborales. Más de 630 millones de trabajares en el mundo, es decir, una de cada cinco personas de la población activa mundial, vive en condiciones de pobreza, definida por un límite de ingresos de 3.20 dólares al día. La tasa de desempleo mundial se prevé que cierre en 9.4% al concluir el 2020, con una lenta recuperación porque pudiera presentarse un nuevo brote del virus, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Se trata de una crisis más grave que la del 2008, algunas previsiones como las del Banco Mundial hablan de una crisis más grave que la de 1929 y solo comparable a la de 1870. La contracción en el comercio mundial ha rebasado a 1/5 y se acerca a 1/4. Las pérdidas acumuladas del PIB mundial se cifran hasta el momento en 9 billones de dólares, una cantidad mayor que la que representan las economías de Alemania y Japón juntas.

2-Situación Nacional

 ARGENTINA, DEMOCRACIA DE MERCADO Y CAPITALISMO PUNGA

Desde 1983 hasta ahora, la corrupta e ineficiente sociedad que conduce la punga burguesía argentina ha logrado privatizar todos los mecanismos de regulación del Estado: Junta Nacional de Granos, Gas del Estado, Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Reservas energéticas, Yacimientos Carboníferos Fiscales, Aerolíneas Argentinas, Austral Líneas Aéreas, E.L.M.A., el sistema portuario, el sistema ferroviario, la medicina social, etc., etc., etc.

Resulta increíble que todo ese proceso de latrocinio al pueblo argentino se ha construido sin necesidad de las fuerzas armadas en el poder, (reprimiendo, torturando como es su costumbre, no le vamos a quitar méritos a las FFAA ya lo habían hecho antes) no hicieron falta. Todos los mecanismos necesarios fueron aportados por el partido radical y el peronismo. Ambos actuaron casi sincronizadamente. Fueron exitosos, destrozaron el patrimonio de la Nación Argentina, eso sí, a tono con el clima de época nadie podrá acusarlos de no pronunciarse a viva voz por los derechos ambientales, en contra de la violencia de género, y protestando cada tanto por la ley del aborto no punible, no vaya que se piense que sólo de “enriquecerse” entiende esta casta de políticos corruptos e inútiles

El Estado es el partido que defiende los interese generales de la burguesía.

El desarrollo y la expansión del modo de producción capitalista, así como el poder hegemónico de la burguesía, requerían esconder o disimular los antagonismos de clase y las contradicciones inherente al mismo, en una suerte de ardid que permitiera ocultar el carácter explotador del sistema y resaltara los principios de libertad y justicia ligados indiscutiblemente a un individualismo de carácter negativo. Era necesario difundir y generalizar el carácter irreversible del sistema, asegurar el orden social y mantener el statu quo, al mismo tiempo que aparecía con fuerza en el escenario socio-político la denominada “cuestión social”. Esta surge como una forma histórica de regulación social, anterior al modelo de política públicas, al walfare states y al keynesianismo. su intervención tiene como referencia al ser humano persona humana y no al ser social/sujeto colectivo. El fuerte componente ideológico del pensamiento conservador produce un desplazamiento de la contradicción capital- trabajo hacia la dualidad riqueza –pobreza., así la población objetivo de la intervención son los pobres, definidos conceptualmente como seres humanos, pero políticamente por ser portadores de una carencia (hambre, falta de vivienda, etc.)y por lo tanto poco interesados en construir derechos a una vida humana y preocupados sólo en dar respuestas inmediatas individuales a esa situación de carencia. La solución se limita a la “reforma del hombre dentro de la sociedad”, en detrimento del reconocimiento de la situación común vivida por amplios sectores sociales.

La alianza entre burguesía, iglesia y estado, tenía por objetivo no sólo la aceptación del modo capitalista de producción como hegemónico, sino también la imposición del modo capitalista de pensar.

Desde la segunda guerra mundial, pero sobre todo desde el decenio de 1960, el papel de las “economías nacionales” ha sido menoscabado o incluso puesto en entredicho por las grandes transformaciones habidas en la división internacional del trabajo, cuyas unidades básicas son empresas transnacionales o multinacionales; y por la correspondiente creación de centros y redes internacionales de transacciones económicas que, a efectos prácticos, quedan fuera del control de los gobiernos estatales.[i]

La globalización ha significado entre otras cosas una tendencia cada vez mayor a la concentración económica y por otra parte a la fragmentación social y a una “gelatinización” de los estados nacionales producto de la modificación de su rol. Esto habilito por ejemplo la “federalización” de los recursos naturales, fundamentalmente los energéticos, sobre los que el Estado nacional argentino tenía control y propiedad. La reforma constitucional del año 1994 permitió sacar de la órbita del monopolio del estado nacional el control de los recursos hidrocarburíferos y transferírselos a las provincias, para que estas por módicas sumas se lo entregaran a las petroleras multinacionales, lo que en otros países el imperialismo logra por medio de guerras, por estas tierras se consiguen a través de “comisiones” a gobernadores e intermediarios devenidos en “jeques autóctonos.”

Menos conocido es que en 1992, se privatiza el sistema portuario. Los puertos en Argentina siempre fueron objeto de deseo de las oligarquías, origen y también pretexto de interminables luchas. El “odiado” puerto de Buenos Aires generó el aún más odiado gentilicio (porteño). Menem el caudillo federal, entrega en un acto de justicia peronista a Santa Fe el puerto de Rosario y toda la Hidrovía. Los gobiernos provinciales de Buenos Aires y Santa Fe federalmente los privatizaron y los convirtieron en áreas extraterritoriales. Las Multinacionales cerealeras eternamente agradecidas. Las bandas narcos también. Se globalizaron rápidamente. El gobierno de la CABA (ciudad autónoma de Buenos Aires) lo convirtió en Puerto Madero, La Rosadita y sus amigos, también agradecidos.

Más de cincuenta millones de toneladas de granos se exportan solamente por la Hidrovía. En su zona de influencia, estos últimos 25 años sólo creció la miseria, el desamparo, el hambre, y la droga, comandando la vida, también la muerte. Es la muestra más evidente de las contradicciones del sistema capitalista argentino. La privatización absoluta de la comercialización de cereales y sus subproductos con la entrega de los puertos, fue la primera condición y luego la utilización de las nuevas tecnologías, cuadruplicaron en sólo 15 años la producción granaria. En la última década el modelo productivo de la lumpen burguesía argentina se transformó. Ahora depende totalmente de la biotecnología, el transporte, los seguros marítimos, y la financiación que son resortes exclusivos de las empresas imperialistas. Las cerealeras multinacionales dominan casi el cien por cien de los procesos que se desarrollan en la moderna producción de alimentos. Nunca en la historia argentina se había llegado a la extranjerización tan extrema de la economía. Si las semilleras multinacionales así lo quieren, la Argentina deja de producir maíz automáticamente de manera moderna.

La extranjerización entra en contradicción con los postulados que ha levantado el peronismo del nacionalismo económico. Por el proceso de pseudo estatización de YPF (yacimientos petrolíferos fiscales) se montó un relato épico. Por esta “empresita”, YPF, se pagó un valor similar al de los granos guardados en las silobolsas de los sojeros argentinos durante 2015. Tenemos que “blanquear” que la estatización de un porcentaje de sus acciones no fue una decisión política de la presidente Fernández, sino la respuesta a la exigencia de las cerealeras. Estas veían peligrar su negocio por la ineptitud de la conducción española. En otras palabras, se estatizó YPF porque ya no había forma de conseguir gasoil en Argentina. Siete mil camiones esperaban en los puertos santafesinos para descargar y el gasoil se convirtió en la limitante principal. Por eso se pagó casi sin discutir con Repsol.  La estatización de Aerolíneas está fuera de escala. La estatizaron porque no había más remedio: aquí también se montó otra epopeya.

La banca nacional casi no existe, excepto en los negocios de corto plazo (tarjetas, consumo, etc.) como reemplazo de los antiguos bancos provinciales. La caída de los precios de las commodities blanqueó lo endeble de los procesos económicos argentinos. Con soja a U$S640 la tonelada todo parecía más fácil. Con soja a U$S 330 la tonelada, se segmenta el país, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe se segrega ya que en esa zona todavía es rentable producir. En el resto, el modelo agrícola granario moderno no va a ser viable (NOA –NEA).

Las cerealeras jamás temieron con Cristina Fernández la estatización del comercio exterior de granos. Los bancos jamás pensaron que el proyecto de ley de reforma de entidades financieras sería aprobado. Las cerealeras controlan la liquidación de dólares, las primeras cuatro empresas exportadoras son cerealeras (Cargill, Bunge, AGD, L.Dreyfuss). Lo curioso es que una gran parte del “Progresismo” se preocupa más del “misterio genético” de los transgénicos, que del poder político de estas multinacionales.El quiebre productivo de la Argentina ni David Ricardo lo hubiera podido predecir. La renta diferencial que las pampas tienen por aptitud agroecológica tiene como límite la cercanía a los puertos de embarque debido al déficit de infraestructura. Los ciento diez millones de toneladas de granos, están asegurados en la Pampa Húmeda.

 Deuda externa vs. Deuda intra estado: 

Es una falsa antinomia que presenta el kirchnerismo para reforzar su falsa épica supuestamente anticolonial. Hay una sola deuda, y toda ella consiste, al decir de Alejandro Olmos Gaona, «un delito de ejecución continua», en el que están involucrados de un modo u otro,  los organismos financieros internacionales (FMI, Banco Mundial, BID, Club de París, etc.), los fondos financieros de inversión tenedores de títulos, bonos, letras y cupones, más los cómplices locales, comisionistas, renegociadores de canje, estudios de abogados, ministros de hacienda, presidentes del BCRA, gobernantes en general desde 1976 hasta la fecha.

El kirchnerismo puede ufanarse de haber «desendeudado» al país gracias a que las grandes mayorías desconocen (o creen conocer) cuáles son los mecanismos de endeudamiento. Se focaliza erróneamente y de un modo deliberado en el FMI como única instancia institucional de la usura internacional. De ningún modo es así. De hecho, en 2003 cuando asume el kirchnerismo, el FMI atraviesa un período de franca decadencia, por desprestigio y falta de influencia de sus políticas en la mayoría de los países. Tal es así que de los 178.000 millones de dólares del total de la deuda pública argentina que hereda Kirchner de la administración Duhalde-Lavagna, solamente 6.500 millones de dólares tenían que ver con la deuda de la argentina con el FMI.

En un acto que tuvo más de gesto tribunero que de gesta libertaria, se le pagaron al Fondo no solamente los 6.500 millones con reservas del BCRA producto del boom exportador, sino una compensación por intereses y costas que totalizaron una cifra cercana a los 9.800 millones de dólares, con deuda defaulteada y sin ningún tipo de auditoría que podría haber puesto en la discusión política el origen fraudulento de esa deuda. Todo ello con un agravante: nunca se rompió formalmente con FMI, puesto que nunca se dejó de abonar su cuota anual como miembro activo de 3.600 millones de dólares, cifra que fuera actualizada con el voto favorable de la Argentina en 2013, a 4.800 millones de dólares.

Para comprender qué sucedió con el resto de la deuda, hay que entender cómo funcionan el resto de los mecanismos de usura que se presentan con aspectos más y mejor ocultos.

Uno de ellos es el que se ha conocido con distintos eufemismos: blindaje, canje, megacanje, renegociación, reperfilamiento, etc. 

Siempre el beneficio es para los tenedores de títulos y bonos, y el perjuicio es directo para el sector asalariado cuando se pagan intereses con reservas y excedentes de exportación que conforman una gran masa de plusvalía, e indirecto cuando el Estado desfinancia áreas fundamentales como la educación y la salud pública para cumplir con esos compromisos. 

Lo que se sigue presentando hasta el día de hoy como dos «éxitos» del kirchnerismo, es decir, los dos canjes de deuda de 2005 y 2010, fueron gestiones que hasta el día de hoy siguen provocando desastrosas consecuencias para la economía de la clase asalariada. En principio, porque una vez más hay que decir que se reconoció una deuda de arrastre contraída de un modo espurio; en segundo lugar, se habla de «quita» como algo positivo, cuando esa quita en realidad se llevó a cabo sobre papeles adquiridos a precio vil en medio de la crisis de 2001 por los grandes fondos financieros de inversión y revaluados a valores nominales de mercado en el momento de esa «quita» en 2005. (Si compro a 1, luego vendo a 20 y me quitan 10, hice un negocio bárbaro); tercero, porque del total de tenedores de títulos se arregló con el 75 % aproximadamente, dejando el resto librado a una cantidad de juicios contra la nación por parte de tribunales extranjeros; y por último, ambos canjes consistieron en un «cambio de figuritas», es decir, un canje de papeles con promesas de repago con más intereses y un «premio» extra para los usureros: un cupón atado a la evolución del PBI (un «favor» que se le hizo también a la «expropiada» Repsol, cuyos directivos primero ensayaron una protesta honrosa, y luego metieron violín en bolsa y salieron corriendo a sabiendas de que estaban haciendo un negocio redondo).  

Qué es deuda intra estado:  

Otro de los mecanismos, que representó un verdadero método de saqueo y fuga, fue el que se comenzó a acelerar sobre todo a partir de 2008 con la emisión de letras del BCRA en pesos, Lebacs, mecanismo que fuera multiplicado por Macri a partir de 2016. 

Sucede que tanto neoliberales como populistas sostienen lo mismo en el fondo: que lo que ellos llaman «gasto fiscal» (los gastos surgidos de la administración del Estado) y el «gasto previsional» (pago a los jubilados y pensionados) deban ser financiados sin rozar determinados intereses, pero sí favoreciéndolos. Es decir, que el «gasto» caiga sobre las espaldas de la clase trabajadora, la que genera valor. El Estado emite papeles a través del Tesoro o de BCRA con promesa de repago con tasas de interés que atraen a grandes inversores, llámese bancos, fondos de inversión, empresarios, etc. Con ese mecanismo el Estado queda como un «cliente» cautivo, fundamentalmente de la Banca, que encuentra en éste a un «cliente ideal»: «le presto y mes a mes, semana a semana (últimamente día a día) me devuelve con tasas altas». 

Entonces, so pretexto de «financiar el déficit fiscal y previsional», el Estado emite títulos.

Lo que nadie dice es que ese déficit fiscal y previsional son como el cuento de la buena pipa. Primero, porque ni liberales ni kirchneristas dicen que gran parte del presupuesto fiscal se destina al pago de intereses de esa deuda que el mismo Estado va contrayendo y acrecentando (o sea, hoy ese «déficit fiscal» producto del pago de intereses de la deuda representa ya el 60 % del mismo); y en segundo lugar, porque el «déficit previsional» se da una caja que por un lado, se debería autofinanciar con los aportes tanto de la patronal como del sector activo, y por el otro, se ve saqueada constantemente para pagar deuda.

Entre default reconocido por Rodriguez Saa, bravuconada con el FMI de Néstor, pésima negociación con los holdouts y el Club de París (a quién no hubo más remedio en 2014 que pagarle casi 10.000 millones de dólares de una deuda más sus intereses contraída por la dictadura) la Argentina tuvo durante los años del kirchnerismo vedado el acceso al crédito internacional. Como consecuencia de ello, el gobierno se vio obligado a financiar los presupuestos del estado burgués reemplazando el mecanismo clásico de endeudamiento con el FMI y otros organismos financieros internacionales, colocando deuda en varios organismos del estado nacional y provincial. Por ejemplo, a) echando mano a más de la mitad de la cartera de créditos del Banco Nación destinada a Pymes y otros emprendimientos, b (usando casi el 60 % del Fondo de Garantías de Sustentabilidad del Anses, c) tomando dinero de las provincias y de los municipios a cambio de papeles y otras promesas de pago en pesos que con el tiempo fueron licuados por las sucesivas devaluaciones, ergo, nunca se les terminó de devolver esos fondos a esos organismos. (En el caso del FGS del Anses fue la causa de fondo por la cual CFK vetó en su momento el 82 % móvil) 

No hay deuda externa vs. deuda intra estado. Ambos son mecanismos complementarios para que el ciclo de saqueo se constituya en un delito de acción continua por parte del capitalismo global y un factor de dependencia y atraso determinantes. 

Basta con identificar de qué manera funcionan estos mecanismos para darse cuenta que, si bien no podría decirse que macrismo y kirchnerismo son lo mismo, sí podría decirse que actúan en tándem, que son necesarios uno al otro para sostener el sistema de explotación y acumulación capitalista.

El mayor negocio argentino: exportar dólares, no granos

Argentina exporta sesenta mil millones de dólares. La mayoría de estos, producto de transacciones de commodities, controladas por multinacionales cerealeras, alimenticias, y mineras. Importa setenta mil millones de dólares en manufacturas y tecnología, etc. Además, necesita diez mil millones de dólares para calmar la casi subhumana   clase media reaccionaria y violenta que crece en sus apetencias de viajes “culturales” a Miami y Cancún. Claro, también, hay que pagar los intereses de la deuda externa. Si no los paga Macri, los paga el peronismo que es un pagador serial. O, un defaulteador, si hace falta.  Según la épica del momento.

La posibilidad de aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones para generar superávit es muy baja. Quince millones de marginados es el resultado de la democracia burguesa que surgió desde el fin de la dictadura militar. La dictadura de clase, la dictadura de la burguesía es tan implacable que uno de cada tres chicos necesita de los merenderos para subsistir.

 Es el sistema capitalista el que no se soporta más en América Latina. El país más “exitoso” de los últimos cinco años es el Paraguay convertido en el mayor exportador de proteínas per cápita del globo. Sin embargo, por año, cien mil hambrientos paraguayos cruzan la frontera para engrosar y alinearse con los hermanos hambrientos de la Argentina y participar así de las sobras que la burguesía les reparte vergonzosamente. La posibilidad argentina de duplicar las exportaciones de origen agrario es casi inexistente. Los acuerdos con el Fondo y la toma de deuda externa permitieron la sangría de dólares que parece no tener fin hasta llegar al default. Inevitable, como tantas veces. La burguesía argentina sabe muy bien de este proceso. Defaultean los liberales, los peronistas liberales, y los pro liberales, porque EL MAYOR NEGOCIO DE LA ARGENTINA NO ES EXPORTAR GRANOS SINO DÓLARES.

  • Los debates que la hora merece

 Esto explica de manera cabal porque el debate con el populismo se reduce al nivel de consumo de los sectores populares y no a las modificaciones reales en el terreno de la estructura y la superestructura, así la política no es la economía concentrada como afirmaba Lenin, sino la condensación de la retórica, tan propia del peronismo, lleno de épicas vacías.

El capitalismo y la clase dominante, lumpen, colonizada, vasalla, instala su “agenda de prioridades”: seguridad, desarrollo, estabilidad, crecimiento (entre otros rótulos) que condensan un mismo y viejo problema, garantizar y sostener las condiciones de funcionamiento y reproducción del capitalismo a través de su despliegue histórico; aunque parezca obvio, el gobierno de los capitalistas a cada momento, en cada medida busca recomponer su tasa de ganancia; de esta manera el imperialismo ( entendido como capitalismo de los monopolios) no deja márgenes para experiencias “benefactoras” del mismo, y extiende  certificado de defunción a los progresismos, para  anunciar  un devenir de democracias neoliberales degradadas.

 Para los acreedores externos y para el gran capital local, la tarea básica de los partidos políticos y el sistema democrático consisten en hacer viable el ajuste de todas las variables a la medida de sus necesidades, sólo están interesados en la democracia si esta les permite maximizar beneficios con bajo costo político. Si la política es la economía concentrada, podría inferirse que la cuestión sigue siendo simple: una vez reestructurado el Estado, disminuidos sus gastos y aumentados sus ingresos, ¿en qué proporciones se distribuirá el excedente, entre los acreedores, los grupos económicos y los asalariados? En la medida en que las fuerzas políticas se posicionen ante este tema se puede prever desarrollos posibles, y es lo que hizo el gobierno con los recientes anuncios. La verdadera fuente de problemas es la pretensión burguesa de ser el “partido del orden”, eso expresan todo el abanico dirigencial del establecimiento y sus corifeos. Este es el diseño de país que se terminó de realizar en los 90 y que continúa con leves diferencias. Los que sobran al modelo tienen un solo destino: la violencia y el narcotráfico; ambas tienen un solo patrón: las policías, que se convirtieron en los nuevos empresarios, cuyos explotados son niños y jóvenes, que trafican para ellos y que ya ni sirven para un ejército industrial de reserva.

La cuestión del poder

El problema del Poder, es el problema central del marxismo porque ha sido, es será el problema central de la Revolución. La construcción vital e impostergable de una estrategia de poder constituye el corazón, el núcleo de verdad, del pensamiento político marxista. No hay marxismo revolucionario sin estrategia de poder. Ubicar en el centro del debate el tema del poder, es decir el papel del Estado, si el mismo es central para la perpetuación del capitalismo, para la reproducción de su dominación, para la acumulación del capital y para el control de las clases subalternas ¿podemos derrotar a la burguesía sin destruirle o anularle este dispositivo estratégico?. El Estado Burgués falsamente homologado con “La Democracia” (a secas, sin nombres, sin apellidos, ni determinaciones de clase). El Estado es un producto histórico y una variable dependiente de la lucha de clases.

El recorrido de la izquierda y de los sectores populares es aleccionador cuando se pierde de vista la cuestión de poder y el enfrentamiento contra el estado burgués, nobleza obliga, nos hemos constituido como parte de una izquierda que no encuentra los caminos para superar la crisis de la política como instancia totalizadora y la concibe como un puro empirismo, condenando a una buena parte de la misma a una larga tradición en cuanto a pretender la conquista de situaciones minoritarias.

 Hay que construir en el partido y en el campo popular un consenso hegemónico, No para la gobernabilidad, sino para la Revolución. Hay que conjurar los fantasmas del quietismo, el “realismo”, “el culto de lo posible”, y la impotencia política que levanta altares laicos a la sempiterna “correlación de fuerzas objetivas”.

El partido de Lenin es un partido de combate, su misión no es garantizar la paz de los poderosos, sino encaminar a la juventud y a la clase trabajadora” para la toma del poder”.

Lenin y los bolcheviques enarbolaron como estandarte las consignas de paz, pan y tierra y evidenciaron ante el asombro de propios y extraños, que la resolución de los problemas más sencillos, (como comer y trabajar) necesitan de una radicalidad política tremenda, de una revolución socialista. Octubre del 17 pone a la orden del día la lucha de clases y la revolución es decir la más poderoso representación política de la democracia moderna: la afirmación de la voluntad en la historia, la invención del hombre por sí mismo, figura por excelencia de la autonomía del individuo democrático. Cuando Lenin y el partido Bolchevique levantan la consigna de Paz, Pan y Tierra, esta iba indisolublemente ligada con la de todo el poder al soviet de Petesburgo, y la construcción del socialismo, es decir, programa, instrumento y horizonte estratégico están dialécticamente relacionados.

Sentido del momento histórico, vanguardia más poder popular, democracia revolucionaria, lucha de clases, y la decisión inquebrantable de vencer o morir, son las enseñanzas de una revolución que efectivamente cambio la historia de la humanidad.

Proyecto burgués vs Proyecto revolucionario

Las oscilaciones del discurso reformista son de una variada gama, va desde un mentado cambio de época montado a caballo de un antiimperialismo de pacotilla, a pedir casi por favor que se respeten las libertades democráticas. La razón de la persistencia del discurso oportunista, es que no se equivoca nunca, entonces prescinde de la autocrítica, y ubica la responsabilidad política por los errores en los otros.

Si durante el transcurso del siglo xx la izquierda y la socialdemocracia  discutían en torno a las etapas, vías, programas etc´, en el siglo xxi, los contornos se han hecho más difusos, por ejemplo los cultores del cambio de época se eximen de estas minucias y afirman que se puede avanzar al socialismo en el mejor de los casos, aplicando políticas de matriz neoliberales,  hoy han vuelto a aparecer sin  autocritica y  ubicados a la vanguardia en  la exigencia del respeto a las libertades democráticas, el eco feminismo, o cualquier otro tema , que no signifique enfrentar al capitalismo en su estructura que como sabemos es determinante y condicionante de su superestructura.

  Producto de su rendición teórica y su derrota política el reformismo se convierte en fuerza ortopédica del populismo peronista y dan por muerta la idea de la revolución, pero el espectro retorna periódicamente a la vida, después de cada funeral para desafiar a sus apresurados sepultureros

Ante este panorama la tarea de la hora requiere de recuperar los atributos revolucionarios en las organizaciones políticas, desarrollar una importante capacidad combativa y tratar de poner en coincidencia propuesta política y programática, para romper con las concepciones corporativas con que se desenvuelve la política argentina y avanzar en un proceso de acumulación revolucionaria que mejores las perspectivas de un relevo histórico de la lumpen burguesía en nuestra patria. Esto sólo es posible cuando se logró un alto nivel de organización (un partido revolucionario) con una polarización sociopolítica (clase obrera y aliados) que posibilito el triunfo revolucionario, (la toma del poder) y la posibilidad de transitar el largo y sinuoso camino del socialismo.

 Nuestra tarea es combatir todo enfoque evolutivo, que se proponga enaltecer al capitalismo por vía de un seudomarxismo conciliador, huero, carente de toda energía revolucionaria.

  • Situación objetiva de la clase

En primer lugar, no es cierto que el rol revolucionario de una clase dependa de que sea la «mayoría» de la población. Este criterio democratista pequeñoburgués, que ilusamente equipara la lucha de clases a un acto electoral en donde es la «mayoría» la que determina el resultado, apunta en realidad a cuestionar el rol principal de la clase obrera en la revolución, a relegar su rol dirigente a un mero reconocimiento verbal.

El argumento es, en esencia, el mismo que para negar el rol revolucionario principal de la clase obrera en países como el nuestro. Lo cierto es que el peso revolucionario de una clase depende de su papel en el desarrollo de sus fuerzas productivas fundamentales sobre las que se levanta el edificio social que queremos derrocar, así como también de su correlación de fuerzas con las clases dominantes con quienes se halla en conflicto y del resto de las clases que conforman la sociedad. Por otro lado, en un país como el nuestro y, desde el punto de vista de la correlación social, la importancia revolucionaria de la clase obrera fluye, en primer lugar, de la total incapacidad de la burguesía nativa de desarrollar una acumulación independiente, debido a su dependencia del imperialismo, lo que la imposibilita por completo de dirigir la tarea de la independencia nacional. Es una clase estructuralmente raquítica.

De esta incapacidad histórica y teórica, para lograr un desarrollo capitalista independiente, es de donde surge precisamente la necesidad de que la revolución democrática transite en forma ininterrumpida al socialismo y que la clase obrera constituya la fuerza principal y dirigente de la revolución.

 Este doble aspecto -el papel en la producción y la lucha de clases- es el punto de partida que separa el análisis marxista de la revolución y sus leyes, de la demagogia populista pequeñoburguesa acerca de las «mayorías».

En segundo lugar, resulta totalmente antimarxista establecer el criterio de la «pobreza» como la categoría fundamental para determinar la «fuerza impulsora de la revolución», y al sector social más revolucionario. Esto es pura demagogia populista, que busca eludir el análisis de clase de los factores de la revolución, para cuestionar el papel dirigente y principal de la clase obrera en la revolución. Por el contrario, para el punto de vista marxista, el papel revolucionario de una clase no depende de sus niveles de ingreso y, por lo tanto, de su grado de «pobreza». De ser así, hubiera correspondido a los esclavos la tarea de derrocar el régimen esclavista de producción y su sustitución por el régimen feudal y, de igual modo, hubiera correspondido a los siervos de la gleba y no a la burguesía la tarea de derrocar al viejo régimen feudal, como efectivamente sucedió. Aquí se confunde totalmente clase oprimida con clase revolucionaria.

Resultaría entonces un enigma absoluto por qué los siervos de la gleba, que fueron la clase más numerosa y oprimida («pobre») del régimen feudal, si bien fueron una de las fuerzas motrices de la revolución burguesa, no fueron su fuerza principal ni dirigente. Por el contrario, fue la burguesía, numéricamente «minoritaria» y comparativamente «rica» (artesanos prósperos, comerciantes usureros, etc.), su principal fuerza revolucionaria.

En conclusión, la tarea revolucionaria no consiste en el hecho de ver cuáles son las capas sociales mayoritarias, más oprimidas y empobrecidas de un régimen social determinado, sino cuáles son sus principales fuerzas productivas, pues es a partir de allí que es posible derrocar las relaciones sociales existentes y, a su vez, determinar cuáles son aquellas clases productoras sobre cuyos hombros es posible erigir un nuevo y más avanzado régimen social, y sin cuyo concurso ningún Estado revolucionario podría sostenerse.

  • Rebelión Popular de masas por la soberanía nacional

En función de lo desarrollado anteriormente es que podemos señalar que las tareas que convocan a RP tienen como eje las consignas que auspician este encuentro.  Pensando en términos estratégicos los ejes de acumulación política en un sentido revolucionario tiene que dar respuesta al PAN, al TRABAJO genuino y al PODER POPULAR, expresando en ese devenir la posibilidad concreta de materializar la DUALIDAD DE PODER, como expresión genuina de una alternativa revolucionaria.

En ese sentido expresamos que:

a) El sector social al cual el movimiento Rebelión Popular aborda es, ni más ni menos, que el sector más golpeado de la Clase Obrera, nuestra clase y sectores juveniles y marginados que son desechados por el sistema capitalista, que no les da ni la posibilidad de ser explotados por el trabajo asalariado. Es un sector estratégico que en muchas regiones del país tendrán un papel revolucionario en cuanto se abra un período de definiciones, una situación revolucionaria. En muchas áreas de profundas raíces obreras combativas, estos sectores marginados traen de herencia sus métodos y formas organizativas, la combatividad de la clase, y la influencia sobre el conjunto de los trabajadores que aún están en la producción burguesa.

b) Esta situación nos dejó la experiencia que en ciertas regiones de Argentina los desempleados y marginados pueden ser y son la fuerza social detonante de grandes confrontaciones de clases (los ex petroleros de Mosconi-Tartagal en Salta, en Cutral Co-Plaza Huincul en Neuquén, etc.) y la búsqueda de su organización y dirección revolucionaria nos abre la puerta a disputar la dirección de toda la clase obrera organizada también.

 c) Dicho esto camaradas, pasando en limpio, no solo el trabajo territorial es Estratégico, sino que si concentramos inteligentemente nuestro trabajo territorial en las áreas o alrededor de las áreas donde está la clase obrera organizada de los sectores claves de la producción capitalista, estaremos haciendo una Maniobra política y organizativa que nos permitirá  dirigir a la clase obrera de esos sectores claves de la producción capitalista, sin los cuales no es posible una revolución socialista verdadera

d) Llamemos a esto » Maniobra Organizativa Estratégica”

e) Esta idea de la Maniobra nos ayuda a definir con claridad dónde debe ser el Despliegue Estratégico Nacional de la fuerza revolucionaria y sus herramientas organizativas.

 f) Este otro concepto, el Despliegue Estratégico Nacional, explica donde debemos concentrar fuerzas, o sea cuadros, militantes, recursos, propaganda, formación, iniciativas de masas, combativas, etc.

 g) Si nos hacemos fuertes en el Centro del Despliegue Estratégico, lograremos éxitos de gran importancia, y desde esa concepción es imprescindible:

A) Desarrollar una línea que nos permita reclutar a mujeres y hombres ubicados en las zonas críticas para la reproducción del capital, que nos permitan ir apretando, estrangulando la economía capitalista, generando las condiciones para el torniquete final.

B) En la medida que esas zonas críticas comiencen la espiral ascendente de la lucha de clases, reclutar allí nos traerá Calidad, una Cualificación del reclutamiento, una militancia con mayor experiencia combativa, con mayor odio de clases. Esa combinación de Línea Revolucionaria y Militancia Combativa será la mixtura necesaria para acelerar la lucha revolucionaria en el Centro del Despliegue Estratégico y repercutirá en todo el país.

Todos estos conceptos enunciados con anterioridad son de carácter Estratégicos.

  • ¿Qué Hacer con los temas tácticos?

Los elementos Tácticos son los que se han de tener en cuenta en el día a día, para construir los Estratégicos, temas como: a) dónde hacernos fuertes hoy para avanzar con mayor fuerza hacia el Centro del Despliegue Estratégico. Hay cuestiones como: si no tenemos fuerzas considerables en Bs As, no podemos abrirnos paso para obtener los recursos necesarios para garantizar el Despliegue Estratégico.

Y otras cuestiones tácticas de suma importancia, que nos deben acercar al objetivo estratégico y nunca desviarnos o suplantarlos.

Cuando hacemos referencia a lo táctico, recuperamos la idea de la Rebelión Popular, esto significa que nuestra construcción política implica llevar la lucha popular siempre “un poco más allá de la legalidad burguesa, las leyes e, inclusive, más allá de los “derechos” hoy existentes.

¿Por qué hacemos esto? Porque transgrediendo con las masas lo permitido por la ley burguesa, vamos construyendo un nuevo poder, poder popular, en abierta disputa y beligerancia con el estado burgués. La acumulación de poder popular nos permitirá en algún momento un equilibrio de fuerzas o dualidad de poder para en ese momento desbordar el poder burgués e instalar el poder de los trabajadores.

  • ¿Cómo vamos construyendo poder popular? ¿Dónde hacernos fuerte?

Las y los trabajadores tienen en sus territorios un reaseguro, un conocimiento aprehendido que les permite potenciar no solo la organización en torno a sus problemas más imperiosos, sino también la movilización en torno a los reclamos y reivindicaciones y, también, el control y la autodefensa, eso hace en parte a la acumulación de fuerzas para garantizar el Despliegue Estratégico

En ese sentido, son diversas las formas organizativas en las cuales se materializa la política, merenderos, comedores, huertas comunitarias, organizándonos en torno a cooperativas, desarrollos colectivos que favorezcan nuevas formas de participación; la dimensión cultural, atendiendo formas de expresión populares, reforzando una mística revolucionaria, una identidad aferrada a los mejores valores de nuestra praxis social. Y fundamentalmente insertándonos, ganando en combatividad y organización en los espacios de nuestra clase, fábricas, sindicatos, organizaciones de base, etc.

Por otro lado, ejercer poco a poco el poder que vayamos adquiriendo en nuestros territorios, dando respuestas propias a las necesidades de infraestructura, de recursos, de seguridad a los nuestros, alertando sobre las fuerzas represivas que bajo pretexto de “cuidarnos” liberan zonas, implican formas de autodefensa de masas, que valoren la capacidad de mujeres y varones de desobedecer el orden vigente y resistir con diversas formas de lucha.

  • Unidad Programática
  • La Deuda Externa, es un delito de acción continua contra el pueblo argentino. Parece una obviedad, pero se han levantado tantos fetiches y mistificaciones para confundir a nuestro pueblo tantas veces estafado por la complicidad de usureros y políticos, que lo que hay que decir- sobre todo si ponemos la lupa tanto en el origen de esta deuda como por sobre las tantas renegociaciones, blindajes, canjes y megacanjes que ya se han hecho- que todas las quitas se hacen sobre cotizaciones sobrevaluadas de los títulos de deuda.

Porque justamente, lo que hacen los caranchos ante de un canjees salir a comprar papeles aprecio vil para después poder soportar cualquier porcentaje de quita. Nunca pierden, al contrario. Y quien paga es el tesoro o el Banco Central de la República Argentina con el capital acumulado gracias al trabajo de millones de asalariados, los que componemos esta clase seremos una y otra vez abusados, engañados, vejados. Primero pagando Deudas que no contrajimos; segundo, soportando ajustes so pretexto de devaluaciones y “ahorros del gasto” para pagar deuda; y tercero, heredando a corto, mediano y largo plazo, nuestros hijos y nietos, los intereses de intereses de intereses que se programan y se reprograman en cada crisis cíclica e insoluble.

Desde 1976 hasta la fecha la deuda es un delito de acción continua contra el pueblo argentino. Quita no es auditoría o no pago. Que no te engrupan, quita es pagar más. Las deudas se honran las estafas no.

b) Distribución de la riqueza y reforma impositiva.

Esto implica el aumento de salarios, las jubilaciones y pensiones para todos, con una verdadera reforma impositiva que, afectando las grandes fortunas y las ganancias extraordinarias, es decir subir los impuestos a los grupos más concentrados de la economía y que más se beneficiaron todos estos años a saber 1) las cerealeras, 2) los bancos, 3) el gran capital agropecuario, 4) los supermercados internacionales y hacer realidad el principio de progresividad (no puede ser que el IVA continúe siendo la principal fuente de recaudación mientras existen grandes riquezas y ganancias que se mantienen exentas de tributar).

c) Avanzar en la recuperación de la plena soberanía del estado sobre el patrimonio nacional enajenado y nuestros recursos naturales

Con esto lograríamos poner a disposición de un desarrollo nacional, y disfrutable por todos los argentinos, la renta de la cual se apropian en su mayoría monopolios extranjeros que trasladan sus grandes ganancias a paraísos fiscales. El petróleo, el gas, la minería los recursos naturales en su conjunto, las empresas de servicios públicos malvendidas en los 90, deben volver a estar al servicio de la sociedad y no del afán de lucro y de las especulaciones de compañías internacionales.

d) Avanzar en la recuperación del sistema financiero

Impulsamos la anulación de la ley de entidades financieras vigentes desde la última dictadura militar y defendemos que la actividad financiera es un servicio público orientado a satisfacer las necesidades transaccionales, de ahorro y crédito de todos los habitantes de la Nación, y contribuir a su desarrollo económico y social.

e) Control absoluto del comercio internacional de comodities argentinos, 1) agropecuarios, 2) mineros.

 
Control absoluto del modelo energético.

 Por otra parte, nos debemos parar ante este escenario con una propuesta que plantee fuertemente, que no hay posibilidad de ningún Frente Patriótico que no se proponga una cantidad mínima de medidas que apunten a tener el control de los resortes claves del poder económico


Para esto es imprescindible superar la vacancia que existe en Argentina de una fuerza político y social con un carácter de izquierda, antiimperialista y socialista, que ponga en consideración ante el pueblo argentino las premisas programáticas mínimas, pero fundamentales que aquí se señalan y tenga la capacidad de desarrollar un nuevo bloque histórico que, con centralidad en la clase obrera, sea capaz de articular a los trabajadores y desposeídos del campo y la ciudad, y que en consecuencia pueda resolver los problemas principales del país en beneficio de los sectores populares.

*Leonardo Juárez es Director de Revista Centenario e integrante de la Dirección Nacional de Rebelión Popular

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