FRENTE ANTIMPERIALISTA Y REBELIÓN POPULAR

EDITORIAL DE CENTENARIO Nº 7

EE.UU. UN ESTADO TERRORISTA MUNDIAL

La guerra infinita y permanente contra el” terrorismo”  que impuso Washington al mundo favoreció la industria bélica de manera geométrica, reinstaló públicamente el esquema de la guerra fría, que en realidad siempre estuvo en sus agendas y alentó el llamado “mercado de la seguridad nacional”.

El uso del narcotráfico como argumento del intervencionismo, cuyos fondos multimillonarios van a las arcas del poder imperial, está dejando miles de muertos en el continente. Desde que Washington entró en México de la mano del presidente Felipe Calderón e impuso el Plan Mérida (2006), ahora convertido en una iniciativa superadora, un calco del Plan Colombia, más de 40.000 mexicanos han sido asesinados, se militarizó el país, la deuda mexicana en la compra de armas a Washington  ha aumentado tan extraordinariamente que terminara hundiendo la economía de ese país. Con las armas entraron los asesores. La CIA y la DEA manejan la supuesta guerra contra el narcotráfico, el que ellos controlan en todo el mundo. Las masacres están destinadas a colombianizar México, para ocupar ese país como lo hacen con su aumentada presencia militar en Colombia. ¿Qué país, como Colombia, con siete bases y otras estructuras militares de EEUU en su territorio puede considerarse independiente? La respuesta es un pleonasmo.

El terror implantado en México contra la población civil, sólo es favorable a los proyectos de EEUU de militarizar y controlar ese país. El mayor laboratorio de drogas que se encontró en funciones en América Latina fue el de Huanchaca, Bolivia en 1986. Lo controlaban la CIA Y la DEA estadounidense para enviar drogas a Centroamérica y de allí a EEUU en el marco del operativo Irán-contras, donde como todos saben Washington cambiaba drogas por armas, para la guerra ilegal contra Nicaragua Sandinista en los años 80.

Dentro de sus propias fronteras las autoridades estadounidenses sólo confiscan el uno por ciento de la droga que entra y el resto pasa para alimentar la mayor demanda en el mundo ya que EEUU es el mayor consumidor como lo señalan diversos estudios, entre ellos los de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De alguna manera la declaración de la guerra preventiva, infinita y sin fronteras de George W Bush, que prevalece hasta hoy desde septiembre del 2001, no es sino una doctrina Monroe, un destino Manifiesto, un Corolario Roosevelt, mantenidos como políticas de estado a través de los tiempos. La experiencia adquirida por la CIA en la “Guerra Fría “contra la URSS, los elementos de la contrainsurgencia manipuladora y desinformativa y sus diversos frentes encubiertos, significaron un temible aprendizaje, que enriquecido con los esquemas de baja, mediana y alta intensidad, se aplican en estos momentos en el mundo y especialmente en nuestra región. En esta dinámica se inscribe el atentado explosivo contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, y la propuesta de movilización de unos 500 soldados argentinos en la frontera norte de nuestro país, entrenados por tropas norteamericanas e israelíes; son una clara señal de amedrentamiento al gobierno boliviano y de control de las inmensas  reservas petroleras y gasíferas de Santa Cruz y Tarija.

EL MAYOR NEGOCIO ARGENTINO, EXPORTAR DOLARES NO GRANOS.

Argentina exporta sesenta mil millones de dólares. La mayoría de estos, producto de transacciones de commodities, controladas por multinacionales cerealeras, alimenticias y  mineras. Importa setenta mil millones de dólares en manufacturas y tecnología, etc. Además necesita diez mil millones de dólares para calmar la casi subhumana   clase media reaccionaria y violenta que crece en sus apetencias de viajes “culturales” a Miami y Cancún. Claro, también, hay que pagar los intereses de la deuda externa. Si no los paga Macri, los paga el peronismo que es un pagador serial. O, un defaulteador, si hace falta.  Según la épica del momento.

La posibilidad de aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones para generar superávit  es muy baja.

Convertirse en la góndola del mundo es otra de las estupideces  a las que el Presidente nos tiene acostumbrado. No se puede alimentar a los cada vez más miserables argentinos y amenazar  al mismo tiempo con derrotar comercialmente la industria alimentaria norteamericana.  El problema es que hasta la izquierda argentina le suele creer estas amenazas. Quince millones de marginados es el resultado de la democracia burguesa que surgió desde el fin de la dictadura militar. La dictadura de clase, la dictadura de la burguesía es tan implacable que uno de cada tres chicos necesita de los merenderos para subsistir. El kirchnerismo no tenía muchos mejores datos. Sólo los escondía. Y el gobierno en ejercicio los empeora mes a mes.

Es el sistema capitalista el que no se soporta más en América Latina. El país más “exitoso” de los últimos cinco años es el Paraguay convertido en el mayor exportador de proteínas per cápita del globo. Sin embargo por año, cien mil hambrientos paraguayos cruzan la frontera para engrosar y  alinearse con los hermanos hambrientos de la Argentina y participar así de las sobras que la burguesía les reparte vergonzosamente. La posibilidad  argentina de duplicar las exportaciones de origen agrario es casi inexistente. Los acuerdos con el Fondo y la toma de deuda externa  permitieron la sangría de dólares que parece no tener fin hasta llegar  al default. Inevitable, como tantas veces. La burguesía argentina sabe muy bien de este proceso. Defaultean los liberales, los peronistas liberales, y pronto lo harán los pro liberales, porque EL MAYOR NEGOCIO DE LA ARGENTINA NO ES EXPORTAR GRANOS SINO DÓLARES.

El CAPITALISMO COMO PROBLEMA

En 1951, la inminencia de una crisis de balanza de pagos obligó a Perón y su endeble gabinete  a replantearse su estrategia económica. Un conjunto de variables  muy parecidas a las actuales que amenazan como una  TORMENTA al gobierno de Macri.

En primer lugar, el sector externo mostraba nuevamente una evolución desfavorable.

Las exportaciones de granos y de carnes descendieron debido tanto al ciclo de sequías como al tibio  incremento del consumo interno pan negro incluido.

Para agravar la situación, los precios internacionales de los productos primarios volvieron a caer, revelando una tendencia que continuaría durante toda la década de 1950. Esta declinación se originaba en el incremento de la producción agraria de los principales competidores de la Argentina en el mercado mundial (Estados Unidos, Canadá y Australia) que se despegaban tecnológicamente, y, en la reconstrucción de la economía europea. La compra de material militar, barcos aviones y tanques  que les impuso el Reino Unido terminó con las reservas. La capacidad para importar de la Argentina se redujo un 50% entre 1948 y 1952.

Cabe recordar que la cotización actual de la  soja, oscilando en los 300 u$s/tn no augura grandes liquidaciones de dólares al mercado nacional. Argentina en los 50 no había desarrollado su amor por Miami, y por la meca cultural de Cancún que hoy  le cuestan u$s 10.000.000.000 por año- “INVERTIDOS” por las clases medias internacionalizadas hoy macri-peronistas.

En los 50  la administración del comercio exterior y el cambio en la composición de las importaciones a favor de materias primas y bienes de capital esenciales para mantener o incrementar la capacidad de producción, había alcanzado un límite y no podía esperarse de ese instrumento, el IAPI de Jorge Antonio , una solución para la compleja situación externa.

La crisis no se limita  hoy como en la década del 50 al desequilibrio de la cuenta corriente del balance de pagos. Entre los factores internos que agravaban la coyuntura: la inflación ocupaba y ocupa actualmente el primerísimo lugar.

El costo de vida ascendió al 37% en 1951, revirtiendo la tendencia del año previo, y la inflación mayorista trepó al 49%.

Igual que hoy, que rareza!!

El conflicto por la distribución del ingreso se acentuó mostrando los límites de una estrategia económica que se había basado en la transferencia de una parte de la renta agraria hacia el sector urbano. (Hoy el discurso de la “intelectual” Michetti les jura a los sacrificados productores agropecuarios que eso no volverá a pasar.)

El equipo económico peronista tomó debida nota de los riesgos que se enfrentaban y se dispuso a aplicar un programa de ajuste. En las elecciones del 51(adelantadas) con “renunciamiento incluido” logró la ansiada reelección.

¿Podrá Macri y sus trolls repetir la hazaña? La democracia burguesa da para todo.

 LA REBELIÓN POPULAR COMO POLÍTICA

El achicamiento del mercado local combinado con un enfriamiento del mercado internacional que no permite auges exportadores, empuja a las elites dominantes a acentuar la rapiña interna lo que plantea crecientes problemas de control del descontento popular. La intoxicación mediática resulta insuficiente, la base social del gobierno se va restringiendo, entonces el recurso a la represión directa con más o menos coberturas “legales” se va convirtiendo en un instrumento cada vez más importante. Va quedando claro, más allá de los discursos oficiales, que el gobierno macrista  avanza  hacia la consolidación de una dictadura mafiosa, especie de sistema autoritario de gobierno con rostro civil y apariencia constitucional.

Estas circunstancias han llevado a amplios sectores políticos,  en el afán de enfrentar el creciente proceso de disciplinamiento social, político, económico y cultural del gobierno, a caracterizarlo incorrectamente como fascista y que por lo tanto la tarea de unir a todos los que se oponen al mismo en un amplio frente antifascista estaría a la orden del día. Esta simplificación burda supone que al fascismo lo derrotó  la diplomacia de la alicaída tercera internacional y, cuando lo que derrotó al fascismo fue el Ejército Rojo al inmenso costo de 25 millones de muertos, lo que pasa es que a  muchos le caen mejor los frentes electorales, que organizarse para combatir hasta el último hálito al capitalismo y sus variantes.

Es demasiado pronto para evaluar cuantitativa y cualitativamente la radicalización política que puede producir el cada vez más desigual proceso de distribución de la riqueza, aunque vale la pena recordar que ante fases históricas de análogas características, la extrema derecha sacó más provecho que la extrema izquierda. Si hubiera que adelantar una predicción, bastaría decir que la suma de desintegración social  y de crisis económica será probablemente más grave que la del 2001, pero que la revolución social no es en modo alguno su única salida.

El escenario de creciente represión , impone mayores exigencias combativas de nuestra parte; a los efectos nos proponemos intervenir en la crisis con un amplio espectro de iniciativas que van desde la quema de boletas de los servicios y el no pago organizado por cuadras o barrios en las ciudades, es un primer paso de desobediencia civil, el cobro de peajes populares con destino al mantenimiento de comedores infantiles, el bloqueo esporádicos de rutas para evitar la represión  y obstaculizar la circulación de mercancías, la junta de firmas para la destitución presidencial, campañas sencillas como firmas a otras más complejas.

Estas iniciativas son a modos de orientaciones, algunas de las mismas ya están siendo desarrolladas por nuestro pueblo, y tiene la particularidad , de que sólo requiere de nuestro impulso y organización en los barrios y territorios, rompiendo con el monopolio de los  movimiento sociales, todas “fuerzas presupuestarias” que dependen del estado y que en los últimos veinte años han alambrado con asistencialismo la posibilidad de cualquier acción política independiente, contra el estado o por fuera del mismo.

Es pertinente acompañar las mismas desarrollando una amplia campaña de propaganda y agitación planteando por ejemplo :a) no  respetar las deudas contraídas por este gobierno; b) cobrar todo este desorden económico con la expropiación de los bienes y la cárcel para Macri, Peña Braun, etc. y todos sus socios y cómplices; c)Juicio y Castigo a los empresarios que se beneficiaron en dictadura y democracia; d) Cárcel para los traidores a la patria que están desmalvinizando y desantartizando la política exterior argentina, y así de seguido con otras ya en desarrollo, como el no pago de los servicios, el rechazo a las medidas del gobierno , etc.

Cualquier bloque insurgente capaz de desencadenar un proceso revolucionario será de composición plural y variada, pero solo será algo más que un cotejo de disidencias si posee un centro de gravedad en aquellos que producen directamente la riqueza material, un programa que se plantee la estatización sin pago de los recursos claves de la economía con control popular y una táctica de rebelión popular.

Revista comunista de análisis y debate