BANDERAS, PASIONES, CAMARADAS

EDITORIAL DE CENTENARIO Nº 9

 “Hay unas ideas marxistas, hay una táctica marxista,hay un carácter marxista.

Carácter marxista era el de Lenin, al que cada uno de nosotros

debe imitar en la medida de sus fuerzas” A. Lunacharski

 

BANDERA BLANCA

Si durante el transcurso del siglo XX la izquierda y la socialdemocracia discutían en torno a las etapas, vías, programas etc., en el siglo XXI, los contornos se han hecho más difusos, los cultores del cambio de época se eximen de estas minucias, abdicando de sus ideas  en el altar del posibilismo burgués, y levantando sin un ápice de decoro las manos victoriosas de Fukuyama , al hacer propias sus premisas de que el capitalismo es irreversible, y que por lo tanto no se puede construir un orden social alternativo al mismo. Estos personajes han vuelto a las andadas, sin autocrítica y ubicados a la vanguardia en la exigencia del respeto a las libertades democráticas, en este clima de época  puede entenderse que para el teórico  Atilio Borón , la fórmula sea Cristina más Ricardo Alfonsín, “sin el radicalismo no se puede ganar asegura”. Esta afirmación no tiene que llamarnos a sorpresa, es absolutamente coherente en un socialdemócrata consecuente como él, no hay  yerros políticos, sí  liquidez ideológica y negocios privados. En los que se abrazan con Gioja hay sólo brutalidad. Se barrunta así la degeneración del marxismo en una doctrina pequeño burguesa, lo que no es más que el ofrecimiento para los militantes revolucionarios, de los términos de una rendición de sus ideas programáticas, es la consumación de una desviación oportunista de derecha, es una inmensa bandera blanca la que enarbolan. El proceso de descomposición se torna evidente.

FRENTE PATRIOTICO CON LOS CREADORES DEL CAPITALISMO NO TAN MALO

En este proceso de descomposición, hay que ubicar este pase de magia, que ha “convertido” a antiguos marxistas en acérrimos keynesianos, como si Keynes fuera una verdadera tabla de salvación. Se nos presenta a este aristócrata británico libertino (no confundir con libertario), bon vivant que tiene en su foja de servicios el haber contribuido no a salvar al hambreado pueblo inglés, sino a salvar los bancos y las grandes empresas durante un periodo corto de toma de ganancias que los economistas burgueses llaman La Gran Crisis. Hay que decir que el capitalismo no salió de la profunda crisis del crack del 29 hasta bien entrada la segunda guerra mundial; y hoy en una traslación extemporánea el peronismo parece elegirlo como un verdadero salvador. Ahora resulta que las recetas que generaron la Junta Nacional de Granos, la Junta Nacional de Carnes, y el Banco Central durante la década infame son nuevas y modernas. Los organismos mencionados solo sirvieron para salvar a la burguesía imponiendo precios sostenes a los granos y a la carne  que los pagaba el consumidor y el Banco Central que históricamente solo sirvió para enriquecer a la banca privada. (Tal era precisamente la esencia del tratado Roca- Runciman, firmado en 1933 por la misión Roca. Merced al mismo los ganaderos de Buenos Aires conservaban el mercado británico, pero en cambio otorgaban toda clase de preferencias a Inglaterra. Al mismo tiempo que aceptaba la sumisión al imperialismo ingles, la burguesía terrateniente argentina  iniciaba una política de “nacionalismo económico”. Esta aparente contradicción se originaba en una misma y única causa, que era la necesidad de conservar las ganancias y rentas del capitalismo argentino en las condiciones de la desintegración del comercio mundial).[i]
Así las cosas ahora ser keynesiano es “menos malo” porque  ser keynesiano es permitir las intervenciones estatales en los negocios capitalistas, pues aunque sea una tautología, es bueno aclarar que interviene para que los capitalistas ganen más y no para que el pueblo este mejor, o sea menos explotado.

Preguntarnos el porqué, el cómo, el para qué de las cosas es nuestra tarea, y es un trabajo a veces engorroso, nos genera problemas, lo más cómodo sería no preguntarnos nada, pero eso significaría negarnos a la posibilidad de pensar: ¿Quién se llevó las reservas al exterior? ¿ los trabajadores?, ¿los desposeídos?, ¿los marginados?, ¿o los que el nuevo Keynes quiere salvar?. Este nuevo Keynes ¿para quién trabaja? Lo más probable es que, al igual que el admirado inglés, para  el gran capital y las testas coronadas, ¡qué modernos!.
Los buenos neokeynesianos ¿contemplan en su programa la posibilidad de reestatizar el sistema portuario argentino? ¿Que la nación tenga soberanía absoluta sobre esos puertos? ¿es muy antiguo pensar que la flota mercante nacional transporte la producción nacional?¿es muy antiguo nacionalizar el sistema ferroviario para acceder a esos puertos? ¿E ir por todo el sistema energético? ¿Considerarán que sin nacionalización del comercio de granos y de carnes, no hay posibilidad de seguridad alimentaria ni de desarrollo nacional? ¿Nacionalizaremos alguna vez el crédito? Sin reforma financiera no hay independencia económica.
¿Por qué hay que tener alguna expectativa en un nuevo mandato de un futuro gobierno  que en diez años de crecimiento a tasas chinas no investigó la deuda externa, la pagó, pactó con el FMI, LOS FONDOS BUITRES y volvió al CIADI?
Qué lejos quedó la reforma impositiva y el control del comercio exterior; cómo lo iba a hacer Moreno, ¿con qué conocimiento, con qué autoridad?; Moreno se peleaba con Clarín en una “lucha a muerte”, no murió ni Moreno ni Clarín y la épica de la ley de medios ya quedó antigua.
¿Cómo no lanzó la épica de la reforma tributaria, la épica del control del comercio exterior? ¿Cómo fue posible que en 10 años no se habló de la necesidad de investigar todo el sistema portuario argentino y recuperarlo para el patrimonio nacional? ¿Cómo fue posible que destinándole el 6% del PBI, la educación sea de baja calidad?, ¿En qué se gastó? ¿Cómo?, ¿Cómo llegamos a esa situación? ¿Cómo es posible que la mayoría del sistema de salud en la argentina, al que nunca se le destino mayor porcentaje del PBI que en la gestión anterior, para los más humildes sea espantoso, y siga  en manos de sindicalistas mafiosos y empresarios privados también mafiosos? ¿Cómo fue posible que después de tres mandatos consecutivos  de gobierno, no se haya evaluado el pacto de Olivos y la reforma constitucional de 1994? ¿Cómo es posible el tratamiento que se hace sobre los recursos naturales, mineros etc?, y podríamos seguir, pero la respuesta es diáfana, porque el kirchnerismo lo hizo posible, y no se podía esperar otra cosa de un gobierno  capitalista, que se define capitalista y que no se apoyo en la organización de los trabajadores.

En este sentido ¿cuál es el camino que puede recorrer el capitalismo en la Argentina?

“Algunos escuchan fin del capitalismo y piensan ¡qué lindo! Yo me imagino unos finales del capitalismo que son un horror. Dejalo al capitalismo donde está, tratemos de mejorarlo”, Y AHORA, QUE? de Axel Kicillof, 2019.

La oposición “nacional y popular” está buscando  eliminar antiguos rencores con el Fondo Monetario, el CIADI, los Fondos Buitres y la banca internacional, quizás consiga  así otro salvavidas de plomo para mantener las reservas de Banco Central, una renegociación de los pagos con el Fondo Monetario Internacional y administrar un previsible default

BANDERAS ROJAS

Junto al peronismo «que todo lo puede» aparecen en esta tarea  algunos autotitulados “marxistas modernos”; los creadores del capitalismo no tan malo,estos bajo remendadas banderas de falso patriotismo, arrean con sus propias manos las rojas de su centenaria historia, al subordinarse a los intereses de una facción de la burguesía lumpen, sumándose a una verdadera epidemia de posibilismo. Nuestra tarea es combatir todo enfoque evolutivo, que se proponga enaltecer al capitalismo por vía de un seudomarxismo conciliador, huero, carente de toda energía revolucionaria.

Por otra parte los comunistas nos debemos parar ante este escenario con una propuesta que plantee fuertemente, que no hay posibilidad de ningún Frente Patriótico que no se proponga una cantidad mínima de medidas que apunten a tener el control de los resortes claves del poder económico:
1) Subir los impuestos a los grupos más concentrados de la economía y que más se beneficiaron todos estos años a saber: a) las cerealeras, b) los bancos, c) el gran capital agropecuario, d) los supermercados internacionales.
2) No pagar la deuda externa, hasta lograr refinanciación razonable sobre el capital no ilícito.
3) Control absoluto del comercio internacional de comodities argentinos: a) agropecuarios, b) mineros.
4) Control absoluto del modelo energético.
Para esto es imprescindible superar la vacancia que existe en Argentina de una fuerza político y social con un carácter de izquierda, antiimperialista y socialista, que ponga en consideración ante el pueblo argentino las premisas programáticas mínimas, pero fundamentales que aquí se señalan y tenga la capacidad de desarrollar un nuevo bloque histórico que, con centralidad en la clase obrera, sea capaz de articular a los pobres del campo y la ciudad, y que en consecuencia pueda resolver los problemas principales del país en beneficio de los sectores populares

 

[i] 1] Milciades Peña, Historia del Pueblo Argentino, pag 458 y 460, ed emecé 2012

 

Revista comunista de análisis y debate